Estimados amigos: Desde la aparición del Islam en el siglo VII, este ha representado una continua amenaza para la cultura y civilización occidental y cristiana. La península ibérica, por ejemplo, fue invadida casi en su totalidad por los moros. La posesión de la Tierra Santa fue motivo de discordias y enfrentamientos, que clamaron por el surgimiento de las Cruzadas. En Covadonga, al extremo norte de España, bajo el patrocinio de la Santísima Virgen, se dio inicio a la Reconquista que abarcó siete largos siglos de avances y de retrocesos, culminando con la rendición de Granada en 1492. Luego vinieron las espléndidas victorias cristianas de Lepanto —la mayor batalla naval de la historia— en 1571, que detuvo el avance turco por el Mediterráneo, y de Viena en 1683, que diezmó a las tropas musulmanas. Resultando un periodo de relativa calma que abarcó hasta muy entrado el siglo XX. Desde entonces para acá, se trocaron las legendarias cimitarras y los ágiles caballos árabes, por armas no convencionales y tácticas de guerra psicológica. Los atentados terroristas islámicos del 2001, contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, sacudieron al mundo entero mostrando una cruda realidad. Por un lado, una lucha sangrienta de connotación terrorista desatada por el islamismo radical; y, por otro lado, una inmigración masiva simultánea que no se deja asimilar por la cultura occidental y cristiana, sino que más bien pretende imponerse a ella. La actualidad del tema dispensa mayores comentarios. La reciente publicación en los Estados Unidos de un libro titulado: “El Islam y el suicidio de Occidente: Orígenes, doctrinas y objetivos del Islam”, nos llevó a entrevistar al propio autor, Luis Sergio Solimeo. Entrevista que ustedes podrán leer y meditar, en las páginas siguientes. Con el aprecio de siempre, me despido. En Jesús y María, El Director
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El Islam y el Suicidio de Occidente Orígenes, doctrinas y objetivos del Islam |
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Palacio de Westminster El viejo Palacio de Westminster levantado en el siglo XI por Eduardo el Confesor, y convertido en la sede del Parlamento poco después, había sido devastado por un incendio en 1834 y reconstruido en 1876... |
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Confianza absoluta en la Santísima Virgen, que destruyó todas las herejías El inefable Dios, cuya conducta es misericordia y verdad, cuya voluntad es omnipotencia y cuya sabiduría alcanza de un extremo a otro con fortaleza y dispone suavemente todas las cosas... |
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El caballero medieval EN LA EDAD MEDIA, los conceptos de caballería y de nobleza en cierto sentido se confundían. Así, no siempre el caballero era noble, pero muchos de ellos participaban de tal condición; no todos los nobles eran caballeros, aunque muchos lo fuesen... |
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¡Ay de quien se olvida y se aleja de Dios! A todos los magistrados y cónsules, jueces y gobernantes de toda la tierra y a todos los demás a quienes lleguen estas letras, el hermano Francisco, vuestro pequeñuelo y despreciable siervo en el Señor Dios, os desea a todos vosotros salud y paz... |
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Origen de la Salve Algunos atribuyen esta maravillosa oración a Ademar de Monteil (+1098), obispo de Le Puy. Pero su verdadero autor es Hermann Contractus (+1054), un monje benedictino del convento de Reichenau en el lago de Constanza... |
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