|
Actitud servil hacia los jefes de los hijos de las tinieblas Plinio Corrêa de Oliveira
Los dos personajes de la ilustración están confabulando, están tramando un complot. El mayor de ellos es un fariseo experimentado, con aire sacerdotal, que discretamente recomienda a Judas Iscariote actuar de determinada manera, indicándole los detalles de la siniestra acción. Y Judas, inimaginablemente cruel y sin escrúpulos, escucha las instrucciones con un aire respetuoso, para ejecutarlas con exactitud. Es el tono que todo hijo de la luz —aunque haya dejado de serlo— adopta hacia los jefes de los hijos de las tinieblas, cuando ese hijo de la luz no corresponde a la gracia. Sin saber de qué conversan, casi se tiene la impresión de escuchar el murmullo y sus voces: “Mira, no dejes de hacer tal cosa”. “Haz tal otra cosa”, etc. Judas, por supuesto, ya tiene en manos la bolsa con las treinta monedas de plata: está recibiendo las últimas recomendaciones, junto con el dinero de la traición. Se puede observar la figura del diablo detrás de Judas, como que moviéndolo a consumar su tenebroso plan.
|
La Semana Santa Cómo practicar la visita a los Monumentos |
|
Cheverny: Lo maravilloso del equilibrio Considero que el panorama que se observa en esta ilustración es de gran categoría. Se trata del castillo de Cheverny, de estilo renacentista y clásico, situado en el valle del Loira, en Francia... |
|
El coro Frente a un libro de coro, abierto de par en par sobre el facistol, el viejo maestro dirige con autoridad las angelicales voces de los niños... |
|
El mensaje de Fátima, hoy más urgente que nunca Al fallecer la hermana Lucía el 13 de febrero de 2005 a la edad de 97 años, algunas personas preguntaron si la muerte de la última vidente cerraba el ciclo de Fátima, y si el mensaje de la Santísima Virgen a los tres pastores es todavía oportuno... |
|
Las voces de todas las criaturas ¡Oh!, si tuvieses oídos para entender las voces de las criaturas, sin duda verías cómo todas ellas a una te dicen que ames a Dios... |
|
Un pecado que desagrada a los mismos demonios Desgraciados… como ciegos y tontos, ofuscada la luz de su entendimiento, no reconocen la pestilencia y miseria en que se encuentran, pues no solo me es pestilente a mí, sino que ese pecado desagrada a los mismos demonios, a los que esos desgraciados han hecho sus señores... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino