Soy un perseverante lector de los «Tesoros de la Fe», y en especial de la página «La Palabra del Sacerdote». Admiro cómo es espléndida la doctrina de nuestra Santa Iglesia Católica, que siempre tiene una respuesta para todo. Padre, desearía que me respondiese, con la sabiduría de nuestra Iglesia Católica, si existe alguna restricción de edad cuanto a hacerse novio (o novia) de una persona de mayor (o menor) edad, inclusive con la intención de llegar al matrimonio. He vivido esa angustia personal, porque se me presentaron ocasiones de relacionarme con personas más jóvenes que yo, inclusive me hicieron la pregunta que formulo, y no supe responder.
El Código de Derecho Canónico establece que “no puede contraer matrimonio válido el varón antes de los dieciséis años cumplidos, ni la mujer antes de los catorce, también cumplidos” (canon 1083). Pero la Iglesia toma en consideración también las costumbres locales, y por eso establece, en el canon 1072, que “procuren los pastores de almas disuadir de la celebración del matrimonio a los jóvenes que aún no han alcanzado la edad en la que según las costumbres de la región se suele contraer”. Como Ud. puede ver, nada consta en el Código sobre la diferencia de edad entre los novios. Pero debe también prestar atención en las costumbres establecidas en el ambiente que lo rodea, y así ya habrá percibido cómo una gran diferencia de edad suele chocar no sólo a los miembros de la familia como a la sociedad en general. Así, debe ponderar bien las circunstancias que hagan conveniente, para su caso personal, el casamiento con una dama mucho más joven. Deberíamos entonces entrar en consideraciones que abarcan una gama infinita de problemas, lo que evidentemente no es posible hacer aquí. Nos restringimos, pues, a las líneas generales. Más allá de la afinidad personal, que siempre es de máxima importancia verificar, releva notar el conjunto de cualidades humanas y virtudes morales de la candidata, sobre todo del punto de vista cristiano, que la hagan una presumible esposa y madre ejemplar, enriquecida también de prendas domésticas, con la decisión de ser ama de casa. Hoy en día, con las costumbres cada vez más apartadas de la moral católica, estas cualidades, que van escaseando, pueden hasta ser una buena justificación para un casamiento muy disparejo en lo que se refiere a la edad. Creo haber dicho lo suficiente para orientar al lector en su conducta, y librarlo de la angustia que afirma estar viviendo.
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La Virgen del Carmen de la Legua, Reina y Soberana del Callao |
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