Lectura Espiritual De la Devoción a la Virgen María (II)

Continuamos con las consideraciones de San Luis Grignion de Montfort en su «Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen», sobre la necesidad de la devoción a Nuestra Señora



“Jesucristo es hoy, como siempre, fruto de María. El cielo y la tierra lo repiten millares de veces cada día: Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Es indudable, por lo tanto, que Jesucristo es tan verdaderamente fruto y obra de María para cada hombre en particular, que lo posee, como para todo el mundo en general. De modo que, si algún fiel tiene a Jesucristo formado en su corazón, puede decir con osadía: «¡Mil gracias a María; lo que poseo es obra y fruto suyo, y sin Ella no lo tendría!» [...] ¡Oh misterio de la gracia, desconocido de los réprobos y poco conocido de los predestinados!

María es la Reina de los corazones

De lo que acabo de decir se sigue evidentemente:

En primer lugar, que María ha recibido de Dios un gran dominio sobre las almas de los elegidos. Efectivamente, no podría fijar en ellos su morada, como el Padre le ha ordenado, ni formarlos, alimentarlos, darlos a luz para la eternidad —como madre suya—, poseerlos como propiedad personal, formarlos en Jesucristo y a Jesucristo en ellos, echar en sus corazones las raíces de sus virtudes y ser la compañera indisoluble del Espíritu Santo para todas las obras de la gracia... No puede, repito, realizar todo esto si no tiene derecho ni dominio sobre sus almas por gracia singular del Altísimo, que, habiéndole dado poder sobre su Hijo único y natural, se lo ha comunicado también sobre sus hijos adoptivos, no sólo en cuanto al cuerpo —lo que sería poca cosa—, sino también en cuanto al alma.

María es necesaria para nuestro fin último

En segundo lugar, dado que la Santísima Virgen fue necesaria a Dios con necesidad llamada hipotética, es decir, proveniente de la voluntad divina, debemos concluir que es mucho más necesaria a los hombres para alcanzar la salvación. La devoción a la Santísima Virgen no debe, pues, confundirse con las devociones a los demás santos, como si no fuese más necesaria que ellas y sólo de supererogación.

El docto y piadoso Suárez, de la Compañía de Jesús; el sabio y devoto Justo Lipsio, doctor de Lovaina, y muchos otros han demostrado con pruebas irrefutables, tomadas de los Padres —como San Agustín, San Efrén diácono de Edesa, San Cirilo de Jerusalén, San Germán de Constantinopla, San Juan Damasceno, San Anselmo, San Bernardo, San Bernardino, Santo Tomás y San Buenaventura—, que la devoción a la Santísima Virgen es necesaria para la salvación, y que así como es señal infalible de reprobación —según lo han reconocido el mismo Ecolampadio y otros herejes— el no tener estima y amor a la Santísima Virgen, del mismo modo es signo infalible de predestinación el entregarse a Ella y serle entera y verdaderamente devoto”.*     



* La verdadera devoción a la Santísima Virgen consiste en dedicarse y entregarse a Ella. El culto de dulía (a los santos) es la dependencia, la servidumbre (Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, 2-2, q. 103, a. 3, in fine corp.); el culto de hiperdulía consiste en una dependencia más perfecta a la Santísima Virgen o, en otras palabras, en la esclavitud de amor preconizada por San Luis María de Montfort.

La devoción al Corazón de María salvará al mundo San Lorenzo de Brindisi
San Lorenzo de Brindisi
La devoción al Corazón de María salvará al mundo



Tesoros de la Fe N°67 julio 2007


Dulce Corazón de María, ¡sed la salvación del alma mía!
La admirable conversión de una princesa La devoción al Corazón de María salvará al mundo De la Devoción a la Virgen María (II) San Lorenzo de Brindisi ¿Las buenas obras deben ser vistas por los hombres?



 Artículos relacionados
De la Devoción a la Virgen María (V) No en vano llaman madre a la Santísima Virgen María, ni parece que aciertan a llamarla de otra manera, sin cansarse nunca de darle tan dulce nombre. Madre, sí, no carnal, sino espiritual, para conseguirnos, con amor de madre, la eterna salvación...

Leer artículo

De la Devoción a la Virgen María (IV) Además de San Luis María Grignion de Montfort, otro gran doctor de la devoción mariana fue San Alfonso María de Ligorio (1696-1787). A continuación trascribimos algunos trechos de su monumental obra «Las Glorias de María»...

Leer artículo

El Dogma de la Asunción «La Iglesia se apresura lentamente», dice un adagio referente a la sabia y majestuosa calma con que la Esposa de Cristo va explicitando su doctrina a través de los siglos. Así, pasaron casi dos mil años para que proclamara en 1950, durante el pontificado del Papa Pío XII, el dogma de la Asunción de María a los Cielos. Dios podía, quería, luego lo hizo...

Leer artículo

María es la tesorera de todas las gracias divinas El que desee gracias debe recurrir a María; y el que recurre a María debe estar seguro de obtener las gracias que desea. Feliz se juzga aquella casa que es visitada por alguna persona real, ya por la honra que en esta visita recibe, ya por las ventajas que después espera...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino