Calendario del Bicentenario “Perú es una tierra ensantada”
(Francisco I, Angelus, Plaza Mayor de Lima, 21 de enero de 2018)


< SET OCTUBRE NOV >

1 Sor Ana María de la Stma. Trinidad Robles OSST (1618-1707), dama española, natural de Sevilla. “Después de haber enviudado por segunda vez, conociendo que el Señor la llamaba a más perfecto estado, empleó los cuantiosos bienes que poseía en la fundación del Convento de Trinitarias Descalzas” de Lima, en el que ingresó como religiosa y gobernó hasta su muerte. “Tuvo en alto grado el don de la presencia de Dios, y habiendo perdido la vista, el Señor se la suplía, a fin de que pudiera desempeñar el cargo de prelada, revelándole todo lo concerniente al buen régimen de su comunidad”.1

2 Sor Isabel Arias de Bobadilla OSC (1540-1620), religiosa clarisa, natural del Cusco. Fundadora y primera abadesa del Monasterio de Santa María de Gracia de Santa Clara La Real (Trujillo), proveniente del de Huamanga. “A la fama y olor de sus virtudes, le buscaban y visitaban personajes graves y los ausentes la comunicaban por cartas; y su correspondencia era tan celestial y cabal, que todos le respetaban por señora y le veneraban por santa. Era en el consejo prudente, en el valor rara y en la virtud admirable. Era piadosa con los afligidos, benigna con los necesitados, liberal con todos, afable con sus iguales, humilde a los superiores”.2

3 P. Enrique Richter SJ (1653-1695), sacerdote y misionero jesuita, natural de Bohemia. Evangelizó durante una década a diversas tribus en las entrañas de la selva amazónica. Redactó catecismos y vocabularios en lenguas campa, yira, coniba y cocama. Fue martirizado por los mismos cunivos, a quienes deseaba la salvación.

4 P. Fr. Francisco María Arámburu OFM (1870-1964), sacerdote franciscano descalzo, natural de Cortézubi (Vizcaya). Llegó adolescente al Perú y fue ordenado en Lima en en 1894. Desplegó una intensa actividad misionera en gran parte del país. “Pero fueron los pobladores de Lima […] los que más escucharon su voz, fogosa y enérgica, predicando innumerables veces las ferias cuaresmales en el templo de las Nazarenas, en la catedral y en otros templos y parroquias”.3 Su gesta más memorable, sin duda alguna, fue la afortunada idea de levantar una Cruz luminosa en el Cerro San Cristóbal; obra inaugurada en 1928.

5 Can. Juan de la Roca (+1632), canónigo doctoral del Cabildo Metropolitano de Lima; “después obtuvo las dignidades de Chantre y Arcediano. Correspondió a lo ilustre de su sangre con el ejemplo de su vida, logrando duplicadas estimaciones en su nobleza y virtud. La de la castidad resplandeció en la pureza de su cuerpo y candidez de su alma”.4

6 Da. Florencia de Mora de Sandoval (1536-1596), encomendera y filántropa, natural de Huamachuco, conocida como la Orquídea de América. Hija del capitán Diego de Mora y de doña Ana Pizarro Valverde, prima hermana de Francisco Pizarro. Se casó con don Juan de Sandoval y Guzmán, albacea de su padre, de quien enviudó en 1570. Profundamente religiosa, emprendió innumerables obras de caridad: donó el terreno donde se fundaría el Hospital Belén en Trujillo, eximió a siete pueblos del pago del tributo, favoreció con alimentación, vestido y educación a niños pobres de la sierra. Al morir dejó sus bienes a parientes, a los indígenas, a los conventos y al Hospital de la Caridad de Lima. En la actualidad, un distrito de la provincia de Trujillo lleva su nombre.

7 Virgen del Rosario

(ver La Patrona del Perú, Tesoros de la Fe, nº 10, octubre de 2002).

P. Fr. Andrés de Orozco OFM (+1639), sacerdote y predicador franciscano, natural de Trujillo. “Regalábase con la pobreza; llamábala su reina y su señora, miraba al dinero como a tósigo y huía de él como de la muerte. […] Palabra ociosa no se oía en su boca. De falta ajena en su presencia no se había de tratar. Mentira, por leve que fuese, no se sabe jamás la hubiese dicho”.5

8 P. Fr. Luis de Bolaños OFM (1539-1629), prototipo del evangelizador franciscano, natural de Marchena (Andalucía). Llegó a Asunción en 1575 y es considerado el iniciador de las «reducciones» de Paraguay. “El catecismo aprobado por el Concilio de Lima en 1583 y por santo Toribio de Mogrovejo para la enseñanza de la doctrina cristiana fue vertido al guaraní por este misionero. […] La fama de santidad de que gozó en vida, así como los acontecimientos que acompañaron a su muerte movieron a las autoridades eclesiásticas a iniciar su proceso de beatificación”.6

9 P. Bernabé Cobo SJ (1582-1657), sacerdote y cronista jesuita, natural de Lopera (Jaén). Se embarcó para América a los trece años de edad y después de recorrer las Antillas y Venezuela se dirigió a Lima, donde fue becado en el colegio de San Martín. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1601 y, después de una prolija formación, recibió las órdenes sagradas en 1612. Fue misionero en Potosí, Cochabamba, Oruro y la Paz. Es autor de una Historia General de las Indias (de la que solo se ha publicado la Descripción del Perú) e Historia de la fundación de Lima; gran parte de su obra aún permanece inédita.

10 Da. María Fernández de Córdoba y Sande (+1775), Señora de Valdemoro, natural de Lima. “Su fortuna superior fue de la mano de una acendrada piedad. […] Fundadora del convento limeño de las Nazarenas y de su templo en los que invirtió, según crónicas de la época, ‘muy crecido caudal en sus primeras construcciones y luego en sus reconstrucciones producido el terremoto de 1746’.Su ayuda pecuniaria tanto en vida como por ejecución de sus mandas testamentarias, fue notable para conventos, monasterios, beaterios y muchas instituciones religiosas así como hospitales de caridad”.

11 Jacoba Vilca Nina (La Jacobita) (1903-1990), mujer angelical, natural del pueblo de Maca, en el valle del Colca. Fue educada en el Monasterio de Santa Catalina de Sena en Arequipa, donde transcurrió la mayor parte de su vida. Siendo muy niña, oyó de las madres dominicas más longevas la narración de innumerables hechos prodigiosos. Al desvelarse la crisis progresista en la Iglesia se convirtió en alma reparadora, ofreciendo sus oraciones y sacrificios por la restauración de todas las cosas en Cristo. Cerró sus inocentes ojos, augurando el día del triunfo del Inmaculado Corazón prometido en Fátima.

12 Virgen del Pilar

(ver Nuestra Señora del Pilar, Reina y Patrona de la Hispanidad, Tesoros de la Fe, nº 94, octubre de 2009).

† Fr. Gaspar de Villarroel Ordóñez 7 OSA (1587-1665), prelado agustino, natural de Quito. En 1637 fue preconizado obispo de Santiago de Chile, donde todo eran “armas y penas”. Trasladado a Arequipa en 1652, “con sacrificio personal, terminó la primera catedral de la ciudad, que inauguró en 1656. Prodigó generosamente su acción evangélica, su amplia ciencia y el ejemplo de su austeridad personal. En el mes de enero de 1659 fue promovido a la sede metropolitana de La Plata. Gaspar de Villarroel fue escritor prolífico y durante su gobierno arequipeño publicó en Madrid […] su obra más apreciada, en dos volúmenes: Gobierno eclesiástico pacífico y unión de los dos cuchillos, pontificio y regio sobre política religiosa, temas culturales y costumbres de su tiempo”.8

13 Señor Cautivo de Ayabaca

14 P. José Sánchez Casado SJ (+1753), sacerdote y misionero jesuita, natural de Villanueva del Duero (Valladolid). Después de haber creado escuelas para niños y niñas, es asesinado por dos indios omaguas, de la reducción de San Ignacio de Pebas (Loreto).

15 P. Fr. Bernardino Rodrigo de Salas OFM (+1640), sacerdote franciscano, natural de la villa de Salas, en Asturias. Tomó el hábito en el Cusco a los veinticuatro años de edad y fue unos de los primeros moradores de la recolección de Santa María de los Ángeles en el Rímac. Junto a fray Juan de la Concepción, son considerados “verdaderos padres y como dos fuertes columnas, que la sabiduría de Dios puso de su mano para sustento y firmeza de aquel grande edificio”.9

16 † Mons. Manuel Teodoro del Valle Seoane (1813-1888), ejemplar prelado, natural de Jauja. Realizó sus estudios eclesiásticos en España y regresó al Perú en 1840 como misionero apostólico. En 1865 fue consagrado como primer obispo de Huánuco. Participó en Roma del Concilio Vaticano I y trajo de vuelta al país a los jesuitas, para hacerse cargo del recientemente fundado seminario huanuqueño de San Teodoro. Antes de concluir su mandato, el gobierno de José Balta presentó a Mons. Del Valle para ocupar el arzobispado de Lima y el Papa Pío IX lo preconizó en 1872. Sin embargo, “hubo oposición gubernamental del mismo presidente Manuel Pardo. La Santa Sede no se volvió atrás, explicando que estos nombramientos son irrevocables. Don Manuel Teodoro del Valle renunció entonces espontáneamente. Su Santidad Pío IX elogió su gesto y lo nombró arzobispo de Berito”.10

17 Da. Isabel de Porras Marmolejo (1550-1631), virtuosa dama, natural de Sevilla. Al enviudar, optó por radicar en Lima, donde vistió el hábito de la Tercera Orden de San Francisco. Fue abadesa del Recogimiento de Divorciadas, prelada del Hospital de la Caridad y fundadora del Colegio de Santa Teresa de Jesús. “Cuando el holandés infestó el mar del Sur con su escuadra de once galeones y cercó nuestro puerto del Callao el año de 1624, con gran riesgo de ser tomado el lugar y saqueada la ciudad, envió el excelentísimo marqués de Guadalcázar, don Diego Fernández de Córdova, entonces virrey de estos reinos, un recado a la sierva de Dios, pidiéndole sus oraciones por el buen suceso. Lo cual hizo con una oración de veinte horas continuas, en que tuvo un maravilloso éxtasis. Volvió de él diciendo a voces: no vencerá el enemigo, Dios quiere que lo diga”.11 Lo cual se cumplió al pie de la letra.

18 Hno. Fr. Diego de San Buenaventura OFM (+1649), hermano lego franciscano, de oficio carpintero. “Primo en su arte: era grande el cuidado que ponía en cultivar su alma y mirar por el aseo de su conciencia, mirando de lejos las ocasiones que podían turbar el concierto de sus mejores intentos”.

19 P. Fr. José Álvarez Fernández 12 OP “Apaktone” (1890-1970), sacerdote y misionero dominico, natural de Cuevas (Asturias). El siervo de Dios llegó al Perú en 1917, dedicando el resto de su existencia a la evangelización de los pueblos más apartados de la amazonía, enfrentando mil peligros para llevarles la salvación. Era conocido como Apaktone que significa “papá viejo” o “papaíto anciano”.

20 M. Teresa de Jesús OIC (+1746), religiosa carmelita del Monasterio de Descalzas de San José de Lima. “Tuvo estrecha unión con Dios por su continua oración, que comenzaba a las nueve de la noche y acababa a las seis de la mañana, y en la cual recibió muchas mercedes de Nuestro Señor, revelándole las cosas futuras y el estado de las almas del Purgatorio, que se le aparecían frecuentemente solicitando sus sufragios. Murió el 20 de octubre del año de 1746, habiendo predicho antes el espantoso terremoto que asoló esta ciudad la noche del día 28”.

21 † D. Francisco de la Serna 13 OSA (1568-1647), religioso y prelado agustino, natural de Huánuco. Fue dos veces provincial de su Orden y catedrático de la Universidad de San Marcos, de Lima. Presentado para el obispado de Paraguay en 1635, recibió la consagración en la catedral limeña, pero al emprender su marcha al Oriente recibió la real cédula y bulas que lo trasladaban al obispado de Popayán. Promovido al obispado de La Paz en 1645, a su paso por Quito, falleció y fue sepultado en la iglesia quiteña de San Agustín.

22 Hno. Fr. Francisco Martínez OFM (+1579), hermano lego franciscano, natural de Cañete. “Parecía ser más vecino del cielo que morador de la tierra […]. Envidioso el demonio, le persiguió cruelmente, hasta ponerle las manos […]. Por la fama de las cosas portentosas que se decían de este bendito religioso, fue llamado del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y, examinado, lo despidieron, alabando a Dios de haber visto tan singular espíritu, creyendo era de Dios el que le guiaba”.14

23 P. Fr. Diego de Haro OFM (+1607), sacerdote franciscano, natural del Cusco. Cultivó un gran celo por la conversión de los indígenas, a quienes “les predicaba continuo el santo Evangelio; a que le ayudaba ser muy perito en la lengua nativa de ellos; lo cual hacía con tan celestial espíritu que, obligados los indios de la fuerza de su ejemplo y energía de sus palabras, le buscaban y oían con gran concurso de ellos; él los confesaba y consolaba con gran caridad”.15

24 P. Fr. Diego de Hojeda y Carvajal OP (1571-1615), sacerdote y escritor dominico, natural de Sevilla. Profesó en el convento del Santísimo Rosario de Lima. Fue regente del Colegio Máximo de Santo Domingo y prior en los conventos del Cusco y de Lima. Célebre autor de La Cristiada: “Una exégesis de la pasión de Cristo, desde la última cena, la oración del huerto y la persecución de la justicia, hasta la crucifixión, muerte y entierro. La obra, considerada por la crítica como uno de los poemas épicos más logrados de la literatura española, confirmaba su lugar en los círculos letrados limeños”.16

25 † Fray Jerónimo de Loayza y Carvajal OP (1498-1575), ilustre misionero dominico, natural de Trujillo de Extremadura. “Primer obispo de la Ciudad de los Reyes (1543), presentado más tarde por el emperador Carlos V para el arzobispado de la misma ciudad de Lima (1548). Sus trabajos en favor de los naturales le valieron el nombramiento de Protector de los Indios. Su voz se alzó una y otra vez contra las tropelías, socaliñas y vejaciones que los corregidores cometían en su agravio. Se cuenta entre los primeros religiosos que pasaron al Perú, donde no solo sería el constructor de la catedral, el fundador del hospital de Santa Ana y el gestor de los primeros Concilios Limenses, sino también el gran mediador entre los bandos en guerra para procurar la paz”.

26 P. Fr. Roque Aznar 17 OFM (1740-1766), sacerdote y misionero franciscano, natural de Aragón. Mártir de las conversiones del Ucayali, junto al hermano donado Manuel Ranero e indios cristianos. Al llegar a Tapa-ati, “los recibió el traidor Runcato y su parcialidad con extrañas demostraciones de afecto, trayéndoles yucas, plátanos y maíz en abundancia. Y al ponerse el sol, vinieron todos, y cogiéndolos descuidados empezaron a macanazos, y mataron al padre el primero, al donado y dieciséis indios. Esto es lo que han hecho los yanbos (así llaman a la parcialidad de Runcato), los mansos, y los que teníamos por mejores. ¿Qué podemos esperar de los demás, que no los juzgamos tan leales?”.18

27 M. Lucía de Santa Teresa de Jesús OCD (+1650), religiosa carmelita descalza proveniente del convento de Cartagena de Indias. Una de las tres venerables fundadoras del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Lima (1643).

28 Señor de los Milagros

(ver Tradición de fe, temblores y maravillas: El Señor de los Milagros, Tesoros de la Fe, nº 106, octubre de 2010).

29 P. Fr. Alonso Pacheco OSA (1545-1615), sacerdote agustino limeño. Fue el primer provincial criollo que tuvo el Perú, cargo que ejerció en tres oportunidades. Su mayor emprendimiento fue la fundación de la Casa de Estudios de San Ildefonso en Lima, declarada Universidad Pontificia y, actualmente, convertida en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

30 P. Fr. Manuel Navarro Arnal OFM (1865-1931), sacerdote y misionero franciscano, natural de Náquera (Valencia). Acompañó al P. Tomás Hernández al Pangoa, donde el Señor lo libró milagrosamente de la muerte, en un asalto de los campas, el año 1896.

31 † Fray Vicente de Valverde y Álvarez de Toledo OP (1498-1541), prelado dominico, natural de Oropesa; primer obispo del Cusco. Su figura ha sido severamente desfigurada por su actuación en la plaza de Cajamarca, al formular el requerimiento al inca Atahualpa. Sin embargo, “fue un convencido defensor de los indígenas peruanos, especialmente después de la sublevación de Manco Inca, cuando comprendió que la guerra y la dominación hispana estaban provocando la devastación de los poblados indios. Desde su cargo procuró que se cumplieran las instrucciones dadas por la Corona para proteger a los indígenas, y siempre que tuvo ocasión denunció, multó y encarceló a varios españoles”.19 Murió devorado por indios caníbales en la isla Puná, frente a Guayaquil.


< SET NOV >


“En muchos lugares de la serranía y de la costa, en las cimas de los montes, en la encrucijadas y cercanías de los pueblos peruanos, se yergue con frecuencia la cruz, acompañada a veces de los símbolos de la Pasión de Cristo […] El Señor de los Milagros en Lima […] Yo querría invitaros a hacer de esa cruz de la Pasión el símbolo de vuestra fidelidad a Cristo frente a quienes os invitan a abandonar vuestra fe o la Iglesia en que os hicisteis cristianos; frente a quienes os invitan al materialismo teórico o práctico; frente a quien os muestra caminos de violencia; frente a quien practica la injusticia o no respeta el derecho de los otros” (Juan Pablo II, Discurso, 5 de febrero de 1985).

 

Notas.-

 

1.Pedro García y Sanz, Apuntes para la Historia Eclesiástica del Perú (Segunda parte), Tipografía de “La Sociedad”, Lima, 1876, p. 400.

2. Diego de Córdova y Salinas, Crónica franciscana de las provincias del Perú (1651), Acad. American Franciscan History, México, 1957, p. 878.

3. Julián Heras OFM , El Convento de los Descalzos de Lima, Convento de los Descalzos, Lima, 1995, p. 231.

4. Manuel Tovar, Apuntes para la Historia Eclesiástica del Perú (Primera parte), Tipografía de “La Sociedad”, Lima, 1873, p. 75.

5. Córdova y Salinas, op. cit., p. 635-636.

6. Julián Heras OFM , Luis de Bolaños, in https://www.franciscanos.org/enciclopedia/lbolanos.html.

7. Alberto Felipe La Hoz y Salmón, Casa de Guadalcázar: Los orígenes en España y la línea de los Fernández de Córdoba radicada en Perú in https://www.numendigital.com.

8. Enrique Fernández García SJ , Perú Cristiano, PUCP, Lima, 2000, p. 270.

9. Córdova y Salinas, op. cit., p. 415.

10. Fernández García, op. cit., p. 384.

11. Córdova y Salinas, op. cit., p. 942.

12. Idem., p. 737.

13.García y Sanz, op. cit., p. 407-408.

14. Córdova y Salinas, op. cit., p. 706-707.

15. Idem., p. 393-395.

16. Sonia V. Rose in https://dbe.rah.es/biografias/39948/diego-de-hojeda-y-carvajal.

17. Rubén Vargas Ugarte SJ , Historia General del Perú, Ed. Milla Batres, Barcelona, 1971, t. II, lám. VI, p. 160-161.

18. Bernardino Izaguirre OFM , Historia de las Misiones Franciscanas, Lima, 2003, t. I, p. 609.

19. José María González Ochoa in http://dbe.rah.es/biografias/4944/vicente-de-valverde.


< SET NOV >
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Grandeza, Señorío y Santidad

Al conmemorarse el Bicentenario de la Independencia, la campaña El Perú necesita de Fátima quiere honrar de un modo especial a quienes de una u otra forma han colaborado para hacer grande el nombre del Perú, destacando cada día el nombre de uno de ellos. Sin embargo, como los 365 días nos quedan cortos para mencionarlos a todos, hemos tenido que proceder a una compleja selección. Escogiendo de preferencia el día de su fallecimiento y cuando esto no era posible una fecha próxima.

Hago hincapié en que no se trata de un santoral, como los que esta publicación ha consignado antes. Se trata simplemente de una mención honrosa, extraordinaria, debida a la importante efeméride.

Queremos, sin embargo, destacar particularmente las figuras de los más olvidados, a muchos de los cuales la incuria de los tiempos ni siquiera les honró con una calle que perpetúe su memoria. En su mayoría nacieron o murieron en nuestro suelo; otros vivieron en él o lo recorrieron lo suficientemente como para identificarse y amar esta tierra.

Encabezan esta dilatada legión de almas, como auténticas lumbreras, los santos, beatos, venerables y siervos de Dios, ya reconocidos por la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. A los demás les debemos un reconocimiento meramente humano. A los primeros les pedimos su intercesión y a los segundos les ofrecemos nuestras oraciones, para que juntos algún días podamos todos gozar de las misericordias de Dios.

Son los evangelizadores que padecieron los mayores trabajos y fatigas para expandir e irradiar el cristianismo por valles, quebradas y montañas.

Son los religiosos y seglares, de uno y otro sexo, de todas las edades, razas y condiciones sociales, que practicaron las virtudes en grado heroico y alcanzaron la eterna bienaventuranza.

Son los prelados y gobernantes que velaron por el progreso espiritual y material de la nación.

Son las mujeres que en la clausura de sus monasterios ofrecieron una vida de recogimiento, oración y sacrificios para aplacar la justicia divina.

Son los mártires de la fe, que vertieron su sangre por la propagación del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

Finalmente, son los cronistas, literatos, artistas, poetas y escritores que transmitieron con fidelidad a las generaciones futuras las glorias y epopeyas de nuestra historia.

Asimismo, hemos querido destacar algunas de las advocaciones y fiestas católicas más populares. Tanto las provenientes del Viejo Mundo y que echaron raíces profundas en nuestro medio, como las que surgieron en el Perú en los últimos cinco siglos.

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Ciertamente, la enumeración de tantos personajes y el motivo de nuestra elección, despertará en muchos lectores el deseo de conocer algunos de sus rasgos más notables.

Con esto pretendemos rendir un homenaje al Perú en el del Bicentenario de su Independencia. ¡Viva el Perú católico!





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