Calendario del Bicentenario “Perú es una tierra ensantada”
(Francisco I, Angelus, Plaza Mayor de Lima, 21 de enero de 2018)


< OCT NOVIEMBRE DIC >

1 Todos los Santos
(ver Todos los Santos, Tesoros de la Fe, nº 107, noviembre de 2010).

P. Eusebio Arróniz Gómez CMF (1885-1959), sacerdote y misionero claretiano, natural de Zúñiga (Navarra). Llegó al Perú en 1912 consagrándose a la enseñanza en el seminario de Trujillo. Nombrado párroco de Cajabamba en 1928 “supo llevar de forma sencilla y profunda el Evangelio; marcó de tal forma la vida de los habitantes, que las nuevas generaciones aún lo recuerdan como un santo misionero”.1 En 1945 pasó a Huacho, transformando la ciudad con su dedicación religiosa.

2 Los Fieles Difuntos
(ver Conmemoración de los Fieles Difuntos, Tesoros de la Fe, nº 215, noviembre de 2019).

P. Juan de Atienza SJ (1542-1592), sacerdote jesuita, natural de Tordehumos (Valladolid). Fundador del Colegio de San Martín en Lima. “De grande y generoso ánimo, exactísima observancia, de singular devoción con la Virgen Santísima, regalándose con ella en sus festividades. Fue varón de paciencia incontrastable, continuo en la presencia de Dios, y deseoso de conquistar un nuevo mundo a su divina Majestad, que le llamó milagrosamente a las Indias del Perú pues estando un día en fervorosa oración, sintió sobre sus hombros un indio, que le fastidiaba y pesaba mucho … y le decía: ven, y ayúdame; ven, y ayúdame. Lo cual se cumplió en él perfectamente, ayudando a la conversión de los infieles, y conservación de los ya convertidos, con solicitud apostólica”.2

3 San Martín de Porres
(ver San Martín de Porres: El extraordinario santo, de las cosas extraordinarias; San Martín de Porres: Al más ilustre de los peruanos y Fray Martín de la Caridad, Tesoros de la Fe, nº 11, 125 y 203, noviembre de 2002, mayo de 2012 y noviembre de 2018, respectivamente).

4 M. Hermasie Paget SSCC (1828-1890), religiosa de la congregación de los Sagrados Corazones, natural de Sombacour (Francia). Llegó a Lima procedente de Valparaíso en 1850 y asumió la dirección del recientemente fundado Colegio de Belén. Elegida superiora de la congregación se abrieron nuevos planteles en Ica y Arequipa. En 1881, a raíz de la Guerra del Pacífico, debido a su influencia cerca del almirante francés Bergasse Du Petit Thouars, contribuyó a la salvación de Lima.

5 P. Juan de Alloza SJ (1597-1666), sacerdote, predicador y escritor jesuita limeño, siervo de Dios. Se preciaba de ser esclavo de la Santísima Virgen. “Fue durante un sermón que el padre Alloza dio durante la fiesta del Corpus ante un concurrido auditorio en el Colegio de San Pablo de Lima en que reprendió al mismísimo virrey Alba de Liste por no atender los oficios religiosos con la reverencia debida”.3

6 Sor María Manuela de Santa Ana OP (1695-1793), religiosa dominica limeña del Monasterio de Santa Rosa de las Monjas. “Tanto de súbdita, como de prelada, fue ejemplo de religiosas, por la heroicidad con que practicó todas las virtudes evangélicas. Emprendió muchas obras a beneficio de la iglesia de su monasterio, sin mas fondos que los de la Divina Providencia, de los cuales era voz que disponía milagrosamente”.4

7 Nicolás de Dios Ayllón (1632-1677), indio noble natural de Chiclayo, siervo de Dios. “Eligió el oficio de sastre por divina inspiración; siendo el consuelo de los pobres a quienes hacia vestidos de balde o a muy bajo precio. Llamado así mismo al estado del matrimonio, a fin de que salvara de las garras de Satanás a multitud de pobres doncellas, a quienes la necesidad hubiera podido hacer caer en sus redes, tomó por consorte a María Jacinta, tan virtuosa como él; junto con la cual convirtió su casa en un lugar de recogimiento y seguridad para las mencionadas jóvenes, a las que sostenía, como hijas suyas, ya con las limosnas que la piedad de algunos devotos le ministraba, ya con el afán y trabajo de su oficio, en el cual era voz común que le servían de auxiliares los ángeles”.5

8 P. Fr. Juan de Dios Frezneda OFM (+1766), sacerdote y misionero franciscano. Martirizado junto al hermano fray Francisco Jiménez y al donado Andrés Bernai en Pisqui, por shipibos infieles.

9 P. Fr. Mariano Erranz OFM (+1766), sacerdote y misionero franciscano. Junto al hermano fray José Caballero y al donado Manuel de las Ánimas, fueron muertos por shipibos infieles en el pueblo de Santa Bárbara de Achani.

10 † Fray Reginaldo de Lizárraga OP (1545-1615), prelado dominico, natural de Medellín (Extremadura). En 1560 tomó el hábito de Santo Domingo en Lima. Es autor de una Descripción breve de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile, en que transcribe las observaciones de sus innumerables correrías por el extenso virreinato peruano. Nombrado obispo de Concepción, fue consagrado por santo Toribio de Mogrovejo en 1599, y trasladado al de Asunción en 1607, donde “comenzó a hacer nueva vida, como si la pasada no hubiera sido tan puntual, como fue. No parecía sino un obispo de la primitiva Iglesia”.6

11 Sor Leonor de San José OP (s. XVIII), religiosa dominica. Junto a sor Teresa de Jesús, sor Catalina de Loreto y doña Josefa de Portocarrero, salió del monasterio limeño de Santa Catalina de Sena, el 2 de febrero de 1708, para fundar el Monasterio de Santa Rosa de las Monjas.

12 Feliciana de Jesús (1600-1664), terciaria dominica, natural de Trujillo. “Floreció en la de Lima, viviendo algunos años en la casa en que nació y creció santa Rosa, consagrada al cuidado de su jardín y ermita. Fue de mucha oración y contemplación, rara en la penitencia e imitadora de santa Catalina de Sena. Padeció, por disposición de su Esposo Cristo, y a pedimento suyo, las penas que padecen los condenados en el infierno, por el espacio de 38 años; hasta que, agobiada de tantos trabajos y sufrimientos, le entregó su espíritu a fines del siglo XVII, con universal aclamación de santidad”.7

13 † D. Pedro de la Gasca (1493-1567), pacificador del Perú, natural de Navarregadilla (Ávila). “Su fama de hombre enérgico, prudente y capaz en asuntos de gobierno, le valió la elección del emperador Carlos V para que presidiera la real audiencia del Perú y procediese a la pacificación del país, convulsionado por la rebelión de Gonzalo Pizarro”.8 Victorioso en las pampas de Anta, La Gasca revocó las leyes contra las que se habían alzado los encomenderos, introdujo ordenanzas en favor de los indios y arregló los asuntos de gobierno con la mayor prudencia y justicia.

14 Can. Juan de Espinosa Medrano (1632-1688), canónigo, escritor y orador sacro, natural del caserío de Calcahuso (Apurímac), conocido como El Lunarejo. Gracias a una beca otorgada a los hijos de indígenas, ingresó al seminario de San Antonio de Abad, donde “empezó a destacar por su erudición y conocimiento de idiomas como el quechua, el latín, el griego y el hebreo. Luego pasó a la Universidad de San Ignacio de Loyola, donde culminó sus estudios, obteniendo el grado de bachiller; para poco tiempo después empezar a ejercer la docencia al ser nombrado catedrático de Artes y Teología. … Afamado por la elocuencia de sus sermones y sus escritos eruditos”.9

15 † D. Cristóbal de Castilla y Zamora OP (1618-1683), ilustre prelado dominico, natural de Lucena (Córdova). En 1653 arribó al Perú como fiscal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima, tribunal del que llegó a ser inquisidor. En 1668 fue preconizado obispo de Huamanga y posteriormente elevado al arzobispado de La Plata. Es considerado el mayor mecenas de Ayacucho: En 1674 inauguró solemnemente el santuario mariano de Cocharcas y el hospital de Huanta; en 1680 obtuvo la autorización para la fundación de la Real y Pontificia Universidad de San Cristóbal de Huamanga.

16 P. Fr. Buenaventura Salinas y Córdova OFM (1592-1653), sacerdote y escritor franciscano, natural de Lima. Un encendido sermón en la catedral del Cusco sobre ciertos abusos de la corona, le enemistó con el obispo local; a pesar del apoyo de su provincial y la benigna interpretación del virrey, conde de Chinchón, se le prohibió volver a su tierra. Su obra más conocida es el Memorial de las historias del Nuevo Mundo Pirú (Lima 1630), que la Universidad de San Marcos reeditó en 1957.

17 P. Fr. Fernando de Valverde OSA (1594-1658), sacerdote y escritor agustino limeño. “Entre la celda y el coro supo encarnar el ideal agustiniano de estudio y oración, rechazando cuantas ofertas y dignidades académicas extraconventuales le propusieron con el paso del tiempo algunas autoridades de la Universidad de San Marcos, así como la mitra de la diócesis de Trujillo”.10 Es autor de la Relación de las Fiestas triunfales que la insigne Universidad de Lima hizo a la Inmaculada Concepción y del poema sacro Santuario de Nuestra Señora de Copacabana en el Perú.

18 P. Fr. Francisco de Bobadilla OdeM (+1537), sacerdote y misionero mercedario, natural de Bobadilla (La Rioja). En 1527 llegó a América en las naves de Pedrarias Dávila, el recién nombrado gobernador de Nicaragua, desarrollando una intensa labor evangelizadora. En su calidad de provincial de los mercedarios en las Indias, fue árbitro entre las disputas de Pizarro y Almagro.

19 † Mons. Ramón Zubieta y Les OP (1864-1921), obispo dominico, natural de Argüidas (Navarra). Siendo misionero en Filipinas cae prisionero de un grupo de insurrectos, sufriendo numerosas vejaciones a lo largo de dieciséis meses de cautiverio. En 1902 viene al Perú para encargarse de la recientemente creada Prefectura Apostólica del Urubamba. En 1913 el Papa San Pío X eleva la jurisdicción a Vicariato Apostólico y nombra a Mons. Zubieta su primer obispo, a quien recibe en Roma. En 1920, junto con la beata Ascensión Nicol, funda la Congregación de Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario.

20 P. Antonio Garriga SJ (1662-1733), sacerdote y misionero jesuita, natural de Palma de Mallorca. Llegó a Lima en 1696 y de inmediato partió a las misiones de Mojos, donde se destacó como lingüista y apóstol de los indios. Como visitador del Paraguay dejó escrita una Instrucción Práctica impresa en la reducción de Nuestra Señora de Loreto (actual provincia de Misiones, Argentina). En tres ocasiones desempeñó el cargo de provincial de Perú.

21 Cristo Rey
(ver El reinado social y universal de Cristo, Tesoros de la Fe, nº 192, diciembre de 2017).

Presentación de María
Según la tradición, recogida por san Juan Damasceno, los padres de la Santísima Virgen ofrecieron a su hija al Templo para ser educada entre vírgenes.

Luisa de la Torre y Rojas (1819-1869), beata seglar del pueblo iqueño de Humay. “Se sabe que llevó una vida de oración y caridad, especialmente con los niños pobres para quienes cosía ropa y a los que les dedicaba una buena parte de su tiempo en enseñarles a leer e impartirles los rudimentos de la fe. … Destacó además por su profunda humildad, la misma que le servía para ocultar sus dones sobrenaturales”.11

22 Sor Josefa de Santa Rosa Portocarrero OP (1681-1744), religiosa dominica, natural de Madrid. Hija de D. Melchor Portocarrero Lasso de la Vega, conde de la Monclova y virrey del Perú, con quien vino a Lima. “Muerto su padre, pensó, de acuerdo con su confesor, que lo era el venerable padre Alonso Messia, en fundar un monasterio consagrado a nuestra santa patrona, Rosa de Santa María. Halló para ello muchos obstáculos en la oposición de su madre y hermanos; pero todo resistió con heroico aliento, hasta salir fugitiva una noche … al Monasterio de Santa Catalina, para tener allí su noviciado, y llevar a cabo sus piadosos designios. Obtenida, por fin, la real licencia para que se hiciese la fundación, tuvo el consuelo de entrar en la nueva clausura el 2 de febrero de 1708. … Fue modelo de religiosas en la observancia monástica y en el heroico celo con que tendía a la perfección”.12

23 Hno. Fr. Crispín de la Concepción OSA (1620-1678), religioso agustino, natural de Ocaña (Toledo). Vino muy joven a Lima, para hacer la América. Paseando un día por la recolección de Nuestra Señora de Guía (Rímac), recibió una inspiración divina, trocando el oficio de barbero por el de fraile limosnero. Fundó una escuela de Cristo y colocó en su capilla un Ecce Homo modelado en barro por él mismo, por cuya intercesión se atribuían todo género de prodigios.

24 P. Serapio Rivero Nicolás OSA (1917-2002), sacerdote agustino, natural de Bercianos del Real Camino (León). Destinado al Perú en 1943, llegó a Chosica un año después. Allí, el “padre Riverito”, como cariñosamente le llamaban, desplegó un intenso apostolado entre el colegio y la parroquia, hasta el fin de sus días.

25 Hna. Rafaela de la Pasión Veintemilla AhSS (1836-1918), fundadora, natural de Quito, sierva de Dios. “Fue hermana del general Ignacio Veintemilla, quien fuera presidente del Ecuador en 1878. Como consecuencia de los desatinos políticos del militar, ella y su familia fueron perseguidos y maltratados. Debido a ello, decidió exiliarse voluntariamente en el Perú. Llegó a Lima y, a la luz de la dirección espiritual de los frailes de San Agustín, fundó la congregación Agustinas Hijas del Santísimo Salvador, cuyos trabajos inició modestamente en 1895”.13

26 † Card. Juan Gualberto Guevara (1882-1954), primer cardenal que tuvo el Perú, natural de Vítor (Arequipa). Fue sucesivamente vicepárroco de Arica, vicerrector del seminario de San Jerónimo, director del periódico católico “El Deber”, canónigo del cabildo arequipeño, obispo de Trujillo y arzobispo de Lima. Su firme postura en materias de moral y costumbres le valió el odio y rencor de los enemigos de la Iglesia.

 P. Fr. Francisco de S. José Jiménez OFM (1654-1736), sacerdote y misionero franciscano, natural de la villa de Mondéjar (Toledo). Experimentado apóstol en México y Centroamérica, llega al Perú en 1708. Restableció las misiones en Chanchamayo, Pozuzo y Andamarca. Concibió y llevó a cabo la fundación del convento de Santa Rosa de Ocopa, su obra inmortal.

27 Virgen del Milagro de Lima
(ver Nuestra Señora del Milagro de Lima, Tesoros de la Fe, nº 35, noviembre de 2004).

 P. Fr. José de Figueroa OSA (1626-1717), sacerdote agustino, natural de Huánuco. Movido por una revelación de Cristo Pobre, que le dijo “tú eres mi refugio en esta tribulación”, fundó el hospital Refugio de Incurables. “Gracias a la intuición del agustino, se consiguió frustrar el suicidio de una negra soltera que había quedado encinta. Desesperada, la mujer salió a la calle con un cuchillo, que apartó de la mirada de Figueroa. Sin embargo, el religioso la frenó con el ímpetu de su voz y le dijo: María, entrégame ese cuchillo que llevas oculto. Había conseguido descubrir el arma sin verla y de esta forma pudo impedir el acto criminal”.14

28 P. Francisco X. de Aguilera y Vargas (1779-1828), general realista católico, natural de Santa Cruz de la Sierra. “Hombre de alcances nada comunes, ideas firmes y corrección intachable, púsose al servicio del rey español cuando empezaba la guerra, igual que muchos otros altoperuanos con antecedentes familiares y sociales similares a los suyos, Pero, en tanto que éstos mudaban de idea y cambiaban de partido según las incidencias de la lucha, Aguilera perseveró con firmeza”.15

Dr. Honorio Delgado (1892-1969), psiquiatra y catedrático arequipeño, severo crítico de Freud. Transparentó su catolicidad como médico, docente y conferencista.

29 Sor Ana de Jesús Illescas OSC (s. XVII). Una de las cuatro religiosas que salieron el 10 de setiembre de 1605 del convento de la Encarnación para la fundación del Monasterio de Santa Clara, por iniciativa del santo arzobispo Toribio de Mogrovejo. “Fue sumamente pobre y de prodigioso silencio, tenida por santa y querida por humilde. No se le conoció voluntad propia, atildada a cumplir la divina. Jamás la vieron ociosa, siendo su vida miscelánea de los dos empleos de Marta y María”.16

30 P. Juan Crisóstomo Cimini OFM (+1852), sacerdote y misionero franciscano italiano. Junto al padre Feliciano Morentin y al hermano Andrés Bertona, fueron asesinados por indígenas campas en el río Ucayali.


< OCT DIC >


“Este encuentro nos trae a la memoria los profundos lazos que su Nación ha tenido y tiene con la Iglesia. Desde el primer momento, la fe católica —llevada allí por evangelizadores como santo Toribio de Mogrovejo— fue acogida y llegó a penetrar poco a poco en los entresijos culturales y sociales de ese pueblo bendito, en el que florecieron muy pronto los primeros santos y santas en suelo latinoamericano. Y como usted ha mencionado, además del santo obispo, deseo recordar a los santos Rosa de Lima, Martín de Porres, Francisco Solano, Juan Masías y a la beata Ana de los Ángeles Monteagudo” (Benedicto XVI, Discurso, 16 de marzo de 2007).

 

Notas.-

1. Carlos Sánchez Miranda CMF in https://dbe.rah.es/biografias/45855/eusebio-arroniz-gomez.

2. Alonso Messia, Catálogo apud Rafael Vargas-Hidalgo, Revista Andina 28, Cusco, diciembre de 1996, p. 385-412.

3. Alexandre Coello de la Rosa in https://xdoc.mx/documents/de-mestizos-y-criollos-en-la-compaia-de-jesus-peru-siglos-xvi-5f0e1fdfc74f1.

4. Pedro García y Sanz, Apuntes para la Historia Eclesiástica del Perú (Segunda parte), Tipografía de “La Sociedad”, Lima, 1876, p. 394.

5. Idem., p. 383.

6. Juan Meléndez OP , Tesoros verdaderos de las Indias, Imp. de Nicolás Ángel Tinassio, Roma, 1681, t. I, p. 600.

7. García y Sanz, op. cit., p. 391.

8. Rubén Vargas Ugarte sj, Historia General del Perú, Carlos Milla Batres, Barcelona, 1971, t. I, lám. XLI, p. 236-237.

9. Emilio Candela Jiménez in https://dbe.rah.es/biografias/45926/juan-de-espinosa-medrano.

10. Francisco J. Campos y Fernández de Sevilla OSA in http://dbe.rah.es/biografias/38827/fernando-de-valverde.

11. Rafael Sánchez-Concha B., Santos y Santidad en el Perú Virreinal, V&E, Lima, 2003, p. 313.

12. García y Sanz, op. cit., p. 393-394.

13. Sánchez-Concha, op. cit., p. 314.

14. Idem., p. 219.

15. Hernando Sanabria Fernández, Breve historia de Santa Cruz, La Paz, 1973, p. 78.

16. Diego de Córdova y Salinas, Crónica franciscana de las provincias del Perú (1651), Acad. of American Franciscan History, México, 1957, p. 900.


< OCT DIC >
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Grandeza, Señorío y Santidad

Al conmemorarse el Bicentenario de la Independencia, la campaña El Perú necesita de Fátima quiere honrar de un modo especial a quienes de una u otra forma han colaborado para hacer grande el nombre del Perú, destacando cada día el nombre de uno de ellos. Sin embargo, como los 365 días nos quedan cortos para mencionarlos a todos, hemos tenido que proceder a una compleja selección. Escogiendo de preferencia el día de su fallecimiento y cuando esto no era posible una fecha próxima.

Hago hincapié en que no se trata de un santoral, como los que esta publicación ha consignado antes. Se trata simplemente de una mención honrosa, extraordinaria, debida a la importante efeméride.

Queremos, sin embargo, destacar particularmente las figuras de los más olvidados, a muchos de los cuales la incuria de los tiempos ni siquiera les honró con una calle que perpetúe su memoria. En su mayoría nacieron o murieron en nuestro suelo; otros vivieron en él o lo recorrieron lo suficientemente como para identificarse y amar esta tierra.

Encabezan esta dilatada legión de almas, como auténticas lumbreras, los santos, beatos, venerables y siervos de Dios, ya reconocidos por la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. A los demás les debemos un reconocimiento meramente humano. A los primeros les pedimos su intercesión y a los segundos les ofrecemos nuestras oraciones, para que juntos algún días podamos todos gozar de las misericordias de Dios.

Son los evangelizadores que padecieron los mayores trabajos y fatigas para expandir e irradiar el cristianismo por valles, quebradas y montañas.

Son los religiosos y seglares, de uno y otro sexo, de todas las edades, razas y condiciones sociales, que practicaron las virtudes en grado heroico y alcanzaron la eterna bienaventuranza.

Son los prelados y gobernantes que velaron por el progreso espiritual y material de la nación.

Son las mujeres que en la clausura de sus monasterios ofrecieron una vida de recogimiento, oración y sacrificios para aplacar la justicia divina.

Son los mártires de la fe, que vertieron su sangre por la propagación del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

Finalmente, son los cronistas, literatos, artistas, poetas y escritores que transmitieron con fidelidad a las generaciones futuras las glorias y epopeyas de nuestra historia.

Asimismo, hemos querido destacar algunas de las advocaciones y fiestas católicas más populares. Tanto las provenientes del Viejo Mundo y que echaron raíces profundas en nuestro medio, como las que surgieron en el Perú en los últimos cinco siglos.

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Ciertamente, la enumeración de tantos personajes y el motivo de nuestra elección, despertará en muchos lectores el deseo de conocer algunos de sus rasgos más notables.

Con esto pretendemos rendir un homenaje al Perú en el del Bicentenario de su Independencia. ¡Viva el Perú católico!





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