Estimados amigos: Atrás en el tiempo quedaron los textos escolares basados en autores liberales, que enaltecían a más no poder a la Revolución Francesa. Investigaciones históricas críticas más recientes, como las de Pierre Gaxotte (1895-1982), Stefan Zweig (1881-1942), Régine Pernoud (1909-1998), Georges Bordonove (1920-2007) y tantos otros, nos muestran hasta la saciedad lo contrario. “No conoció la dulzura de vivir, quien no vivió antes de 1789”, la afirmación es del célebre diplomático francés Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord (1754-1838). La “douceur de vivre” (dulzura de vivir) a la cual Talleyrand se refiere, no era apenas la felicidad terrena que la población francesa disfrutaba en el Ancien Régime.Era además una alegría de vivir y una bendición espiritual, característicos de cristiandad medieval, cuyo perfume aún impregnaba la sociedad. La Revolución Francesa destruyó esa alegría de vivir, de la que disfrutaban todas las clases sociales. Desde un comienzo, esparció promesas de Liberté-Egalité-Fraternité (libertad anárquica, igualitarismo injusto, fraternidad hipócrita). Mientras tanto, guillotinaba cabezas, principalmente de la nobleza y de la aristocracia, masacraba al clero y al pueblo que reaccionaban contra ella (como en la región de la Vendée), atacaba virulentamente a la Iglesia Católica, conturbando así completamente el orden social, sin jamás conceder las bondades prometidas. Quien conoce los hechos en sus pormenores y las desfiguraciones impuestas a Francia y al mundo entero a partir de 1789, no puede quedar satisfecho con las interpretaciones “políticamente correctas” que nos imponen, sobre uno de los más sanguinarios e injustos acontecimientos históricos. En esta edición, Renato de Vasconcelos nos ayuda a entender mejor la esencia de la Revolución Francesa y a combatir con mayor eficacia sus consecuencias en nuestros días. En Jesús y María, El Director
|
La Revolución Francesa Autora de los crímenes más monstruosos |
|
El Islam, según Don Bosco Mahoma propagó su religión no con milagros o con la persuasión de las palabras, sino por la fuerza de las armas. Religión que, favoreciendo toda suerte de libertinajes, en un corto espacio de tiempo hizo de Mahoma jefe de una formidable banda de salteadores... |
|
Santo Tomás de Aquino Santo Tomás de Aquino fue una gran lumbrera que Dios puso en medio de su Iglesia para iluminar, confortar y animar a las almas a lo largo de los siglos para que resistieran con gallardía los embates de la herejía... |
|
Ad te levavi oculos meos Inciertos, como todo el mundo, sobre el día de mañana, elevamos nuestros ojos en actitud de oración hasta el excelso trono de María, Reina del Universo. Y al mismo tiempo afloran a nuestros labios, adaptadas a Ella, las palabras del salmista dirigidas al Señor: Ad te levavi oculos meos, quae... |
|
Excelencia del Avemaría La salutación angélica contiene la fe y la esperanza de los patriarcas, de los profetas y de los apóstoles. Es la constancia y la fortaleza de los mártires, la ciencia de los doctores, la perseverancia de los confesores y la vida de los religiosos... |
|
Tu fe te ha salvado Los hechos referentes a nuestro Divino Salvador que hasta ahora hemos relatado nos lo dan a conocer, especialmente, como hombre. Pero los milagros nos lo dan a conocer como Dios, puesto que, siendo los milagros efectos que superan a toda fuerza creada, no pueden venir sino de Dios, único Ser que no ha sido creado, único Ser omnipotente y Señor de todas las cosas y único que, por consiguiente, puede suspender las leyes de la naturaleza... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino