Estimados amigos: “Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumento de la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”. Con estas elocuentes palabras Pío XII proclamó, el 1º de noviembre de 1950, el dogma de la Asunción. Se trata del cuarto dogma mariano —le precedieron los de la Maternidad Divina, la Virginidad de María y la Inmaculada Concepción— y, al mismo tiempo, del último dogma definido por la Santa Madre Iglesia. El dogma es una verdad de fe, a la que todo cristiano debe prestar una adhesión irrevocable. “Los dogmas son luces que iluminan el camino de nuestra fe y lo hacen seguro”, nos explica el Catecismo de la Iglesia Católica. Hasta antes de su proclamación, un dogma puede ser materia de opinión; pero una vez definido, debe ser acatado por todo católico, bajo pena de verse excluido de la comunión eclesial. Lo que, acto seguido, expone el Pontífice: “Por eso, si alguno, lo que Dios no quiera, osase negar o poner en duda voluntariamente lo que por Nos ha sido definido, sepa que ha apartado de la fe divina y católica” (Munificentissimus Deus). Estas mismas doctrinas, sin embargo, fueron anteriormente enarboladas y defendidas por grandes doctores. Tal es el caso de la Asunción de María, cuya fiesta conmemoramos el 15 de agosto, y sobre la cual dedicamos el Tema del Mes. En Jesús y María, El Director
|
La Asunción de María Un anticipo de nuestra propia resurrección |
|
150 años de la Comuna de París El sábado 29 de mayo pasado, las parroquias católicas del 20º distrito de París organizaron una peregrinación para honrar la memoria del arzobispo Georges Darboy (foto) y de otros sacerdotes y religiosos asesinados por miembros de la Comuna de París en 1871... |
|
Las tres virtudes teologales simbolizadas en el turíbulo En el turíbulo están muy bien simbolizadas las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Desde mi punto de vista, principalmente la fe, pero también las otras dos virtudes están simbolizadas en el turíbulo... |
|
Capítulo 14: “Rusia habrá extendido ya sus errores por el mundo” El pedido de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María se realizó el 13 de junio de 1929, siendo 12º aniversario de la segunda aparición. Como relata la hermana Lucía, ella estaba sola haciendo una vigilia de oración en la capilla, entre las 11 p.m. y la medianoche, cuando tuvo una visión simbólica sobre la Santísima Trinidad y la Redención... |
|
Santa María Goretti El día 24 de junio de 1950, el Papa Pío XII se topó con un problema singular: la canonización de María Goretti debía celebrarse en la Basílica de San Pedro, pero cerca de 500 mil personas afluyeron a la ceremonia, sobrepasando ampliamente la capacidad del templo... |
|
San Pedro Tomás Prácticamente desconocido en América, este santo carmelita nació el año 1305 en Salimaso de Thomas, una aldea del Périgord (Francia), en el seno de una familia muy pobre (su padre era siervo de la gleba), cuya única riqueza era su fe católica... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino