Lectura Espiritual Consideraciones sobre el Padrenuestro – I


La importancia del Padrenuestro es indiscutible, pues se trata de la oración por excelencia, que el mismo Jesucristo Nuestro Señor nos enseñó, por ello debemos tenerla constantemente en nuestros labios y en nuestros corazones.*


El texto que vamos a transcribir sobre el Padrenuestro era atribuido a la gran Santa Teresa de Jesús, y para su elogio basta esta información.

 Introducción

«Señor, enséñanos a orar» (Lc 11, 1). «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso» (Mt 6, 7). El sermón de la montaña, Carl Heinrich Bloch, 18 65-79 – Castillo de Frederiksborg, Dinamarca.


Nuestro Creador cono-ce a su criatura y sabe, que por ser infinita la capacidad de su alma, ella cada día pide cosas nuevas y no se aquieta con recibir una solamente. Por eso manda el mismo Señor, en el capítulo sexto del Levítico que, para que no se acabe el fuego del altar, cada día lo cebase el sacerdote con nueva leña, como significando figuradamente que, para que el calor de la devoción no se muera ni enfríe, cada día lo cebemos con nuevas y vivas consideraciones.

Y aunque esto pueda parecer una imperfección, es una providencia divina, para que siguiendo el alma su condición, siempre ande investigando las infinitas perfecciones de Dios y no se contente con menos, pues solo Él puede colmar su capacidad.

Una sola cosa es la que se pretende sustentar, que es el fuego del amor de Dios: pero para ello muchos leños son menester, y cada día se han de renovar, porque el calor y la eficacia de nuestra voluntad todo lo consume y todo le parece poco, hasta que al final llegue a cebarse del mismo fuego, bien infinito, que satisface solo y llena nuestra capacidad.

Pues como la oración del Padrenuestro es la leña más apropiada para mantener vivo este fuego divino, y para que de la frecuente repetición no venga a entibiarse la voluntad, parece que será conforme a la razón buscar algún modo que al repetirla cada día, nos refresque el entendimiento con nuevas consideraciones, y juntamente, sustente el fuego y calor en la voluntad.

Esto se hará cómodamente, repartiendo las siete peticiones en los siete días de la semana, tomando cada día la suya, con título y nombre diferente que a cada una le convenga, a los cuales reduzcamostodo lo que en aquella petición pretendemos y todo lo que hay en Dios que deseamos alcanzar.

Las peticiones ya se saben; los títulos y nombres de Dios son éstos: Padre, Rey, Esposo, Pastor, Redentor, Médico y Juez.

De manera que el lunes despierte cada uno diciendo: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. El martes: Rey nuestro, venga a nosotros tu reino. El miércoles: Esposo de mi alma, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. El jueves:­ Pastor nuestro, danos hoy nuestro pan de cada día. El viernes:­ Redentor nuestro, perdona­ nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. El sábado: Médico­ nuestro, no nos dejes caer en la tentación. El domingo:­ Juez nuestro, líbranos del mal.    

 

* Biblioteca de Autores Españoles - Escritos de Santa Teresa, M. Rivadeneyra, Madrid, 1861, t. I, pp. 538-545, con ligeras adaptaciones.


Nuestra Señora de Czestochowa Perversiones sexuales no son derechos humanos
Perversiones sexuales no son derechos humanos
Nuestra Señora de Czestochowa



Tesoros de la Fe N°116 agosto 2011


¿Por qué hay santos, si sólo Dios es Santo?
Nº 116 - Agosto 2011 - Año X Nadie puede servir a dos señores Ideología de género inspira los manuales escolares franceses Nuestra Señora de Czestochowa Consideraciones sobre el Padrenuestro – I Perversiones sexuales no son derechos humanos Santa Teresa Jornet ¿Por qué hay santos, si sólo Dios es santo? Espíritu cristiano y espíritu pagano manifestados en la arquitectura



 Artículos relacionados
Consideraciones sobre el Padrenuestro – VI La quinta petición que Santa Teresa de Jesús recomienda para los días viernes: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Nuestro Redentor nos libró del poder de Satanás, a quien estábamos sujetos y nos preparó el reino de hijos de Dios, y en Él tenemos...

Leer artículo

Consideraciones sobre el Padrenuestro – IV La tercera petición del Padrenuestro que Santa Teresa de Jesús recomienda para los días miércoles —hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo— deseando que en todo se cumpla la voluntad de Dios; y aun pedimos más, que se cumpla en la tierra como en el cielo, con amor y caridad...

Leer artículo

Breve historia del Avemaría Esta es la oración mariana por excelencia. Para llegar a su formulación actual, fue necesario recorrer un camino de muchos siglos. ¿Cuándo se comenzó a saludar así a la Santísima Virgen?...

Leer artículo

Consideraciones sobre la oración (I) La oración es para el hombre el origen de todo bien. De ahí se infiere que saber orar, dar a la oración el debido aprecio, entregarnos a su práctica con celo y fervor es, para el tiempo como para la eternidad, un tesoro de inestimable valor...

Leer artículo

Consideraciones sobre el Padrenuestro – II Y el hombre considere en especial esta bondad y diga: “¡Qué bueno es este Padre para mí! que quiso crearme y gozase de la dignidad de ser hijo suyo, dejando de crear a otros hombres que fueran mejores que yo”, considerando así cuánto merece ser amado y servido este Padre, que solo por su bondad creó para mí todas las cosas y a mí para que lo sirviese y gozase de Él...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×