Verdades Olvidadas ¡Oh tú Iglesia Católica!

El Patriarca de Venecia, Mons. Francesco Moraglia, bendice al pueblo con el Stmo. Sacramento en la Fiesta del Redentor

TÚ ADIESTRAS Y AMAESTRAS puerilmente a los niños, enérgicamente a los jóvenes, suavemente a los ancianos, según la edad, no sólo del cuerpo, sino del alma de cada uno. Tú mandas a las esposas que con casta y fiel obediencia obedezcan a sus esposos, no para saciar su pasión, sino para que nazcan niños en el mundo y para el gobierno de la familia. Tú constituyes la autoridad de los maridos sobre sus esposas, no para tratar con desprecio al sexo más débil, sino para que se le haga partícipe de las leyes del más sincero amor.

Tú como en una especie de esclavitud voluntaria sometes los hijos a sus padres y pones a los padres delante de los hijos con afectuoso dominio. Tú unes hermanos a hermanos con el vínculo de la religión, más sólido y estrecho que el de la sangre. Tú estrechas con el vínculo de la caridad mutua todo género de parentesco y de afinidad, respetando las sagradas relaciones de la naturaleza y de la voluntad.

Tú enseñas a los criados la fidelidad a sus amos, no sólo porque su condición les obliga a ello, sino convirtiéndoles el deber en placer. Tú vuelves afectuosos a los amos hacia sus criados, en consideración al supremo Dios, Señor común, y les adviertes que deben estar más inclinados a aconsejar que a obligar. Tú unes ciudadanos a ciudadanos, pueblos con pueblos, y en general a los hombres entre sí, y los unes, no sólo en sociedad, sino también en una especie de confraternidad, por el recuerdo de los primeros padres. Tú enseñas a los reyes a tener cuidado de los pueblos y amonestas a los pueblos a someterse al rey.

Tú enseñas asiduamente a quiénes se debe honor, a quiénes afecto, a quiénes reverencia, a quiénes temor, a quiénes consuelo, a quiénes amonestación, a quiénes exhortación, a quiénes corrección, a quiénes represión, a quiénes castigo, demostrando al mismo tiempo que no a todos se debe todo, pero sí a todos se debe la caridad y el mal a ninguno.


SAN AGUSTÍN DE HIPONA, De las costumbres de la Iglesia Católica, § 63.

Palabras del director Nº 153 - Setiembre 2014 - Año XIII La moralidad es el fundamento del orden social
La moralidad es el fundamento del orden social
Palabras del director Nº 153 - Setiembre 2014 - Año XIII



Tesoros de la Fe N°153 setiembre 2014


San Lorenzo Justiniano
Nº 153 - Setiembre 2014 - Año XIII ¡Oh tú Iglesia Católica! La moralidad es el fundamento del orden social La Santísima Virgen y el sufrimiento Una influencia más fuerte que la de los medios de comunicación San Lorenzo Justiniano La Resurrección de Jesús y la Redención - I Sed perfectos como vuestro Padre celestial



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