Palabras del Director Nº 178 - Octubre de 2016 – Año XV

Estimados amigos:

Entre las flores de santidad que brotaron en el seno del Carmelo —¡a cuál más fragante!— hay una que por su singular misión nos atrae de modo particular y sobre la que se ocupa en este número la sección Vidas de Santos. Santa Teresa de Lisieux (1873-97), conocida popularmente como santa Teresita, para diferenciarla de santa Teresa de Ávila (1515-82), “la grande”.

Su breve existencia es narrada por ella misma en el libro Historia de un Alma, que la llevó a ser proclamada Doctora de la Iglesia en 1997. Por medio de ella quiso Jesús inaugurar la así llamada pequeña vía para lograr la santidad, una vía de misericordia al alcance de todos los bautizados, una vía de confianza total y de resignación a la Providencia divina, que interpreta las misteriosas palabras de Nuestro Señor: “Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18, 3).

Santa Teresita recibió de Dios el encargo de salvar las almas de los pecadores por medio de la oración y el sacrificio. A ese respecto nos confiesa: “Jesús me hizo conocer por experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que, por abusar de la gracia, pierden ese precioso tesoro, fuente de las únicas alegrías puras y verdaderas”.

Veinte años después de su muerte, la Santísima Virgen se presenta en Fátima para pedir nuevamente al mundo oración, penitencia y conversión.

Ya en 1916 el Ángel les había adelantado a los pastorcitos: “Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios... De todo lo que podáis, ofreced a Dios un sacrificio de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores… Sobre todo, aceptad y soportad con resignación el sufrimiento que Nuestro Señor os envíe”.

Esta invocación a la penitencia queda aún más clara en una carta de la hermana Lucía a su confesor el padre José Bernardo Gonçalves SJ, del 4 de mayo de 1943, en que narra una revelación de Nuestro Señor, quien “desea que se haga comprender a las almas que la verdadera penitencia que Él ahora quiere y exige, consiste, sobre todo, en el sacrificio que cada uno tiene que imponerse para cumplir con sus propios deberes”.

Que a todos la Virgen de Fátima nos ayude en ese cumplimiento del deber.

En Jesús y María,

El Director

La ciudad de Genazzano El primer deber de caridad es corregir a los que yerran
El primer deber de caridad es corregir a los que yerran
La ciudad de Genazzano



Tesoros de la Fe N°178 octubre 2016


Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía”
Nº 178 - Octubre de 2016 – Año XV El primer deber de caridad es corregir a los que yerran “El Bautizo” La Virgen de los Necesitados Jesús entra triunfante en Jerusalén Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía” ¿Cómo hacer una buena confesión? La ciudad de Genazzano



 Artículos relacionados
Necesidad de resistir a las pequeñas tentaciones Aunque es cierto que hemos de combatir las grandes tentaciones con un valor invencible, y que la victoria que reportemos sobre ellas será para nosotros de mucha utilidad, con todo no es aventurado afirmar que sacamos más provecho de combatir bien contra las tentaciones leves; porque así como las grandes exceden en calidad, las pequeñas exceden desmesuradamente en número, de tal forma que el triunfo sobre ellas puede compararse con la victoria sobre las mayores...

Leer artículo

Las muletas digitales no son la solución Víctimas de una sociedad sin principios ni moral, adolescentes buscan refugio en la parafernalia digital y acaban perdiendo el rumbo de sus vidas. La solución, no obstante, está fuera y por encima de la tecnología...

Leer artículo

Sobre el futuro de Polonia, el flagelo de Rusia y su conversión En las apariciones de La Salette, la Santísima Virgen habló explícitamente de ciertos países que sufrirían un particular y espantoso castigo correctivo...

Leer artículo

Escalando las más altas cumbres Una montaña desafía al hombre: ¿quién tendrá el valor de emprender la escalada? El desafío está en la atracción. No hay quien no sienta deseos de llegar hasta lo alto. ¡Cuánta energía será necesaria!...

Leer artículo

Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión El ciclo anual de las fiestas litúrgicas nos trae, este 27 de noviembre, la conmemoración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino