|
Felipe Barandiarán “Lux in tenebris lucet” (Jn 1, 5). Fórmula sintética usada por san Juan para expresar con fuerza el contenido inmensamente rico de lo sucedido: había tinieblas por todas partes, y en la oscuridad de esas tinieblas se encendió la luz. Los ojos admirados de los pastores, llorosos de emoción, centellan en la penumbra, como chispas encendidas, reflejando la luz blanca y pura que destella el recién nacido. Un majestuoso silencio embarga a todos, mientras los ángeles entonan el cántico excelso “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.
La tabla fue pintada en Roma en 1770, por encargo de Carlos III de España y en su tiempo fue considerada la pintura del siglo. En 2001 una serie de estudios y radiografías revelaron que el artista cambió en más de una ocasión la postura de sus personajes y que la gran transparencia y vivacidad de sus colores se debe a las finísimas capas de barniz que interponía entre los diferentes estratos de pintura. Mengs se autorretrata, como un pastor más, en el lateral izquierdo del cuadro, detrás de san José, y con el gesto de su mano nos muestra cómo la luz se va irradiando suavemente en la profundidad. El candor, la santidad y la pureza brillan en el dulce semblante de la madre doncella. En su regazo, el Niño Jesús nos reconoce y, mirándonos fijamente, parece preguntarnos qué haremos por Él * * * Los comentaristas son unánimes en afirmar que las tinieblas que cubrían la tierra cuando el Salvador nació eran la idolatría, el escepticismo de los filósofos, la ceguera de los judíos, la dureza del corazón de los ricos, la rebeldía y el ocio de los pobres, la crueldad de los soberanos, la injusticia de las leyes… Fue en la más profunda oscuridad de esas tinieblas que Jesucristo apareció como una luz. Y como la misión de la luz es disipar las tinieblas, poco a poco fueron desapareciendo. En el orden de las realidades visibles, la victoria de la luz consistió en la instauración de la civilización cristiana, que a pesar de los fallos inherentes al género humano, resultó ser un auténtico reino de Cristo en la tierra. Así lo recuerda León XIII en su encíclica Immortale Dei: “Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. En esa época la influencia de la sabiduría cristiana y su virtud divina, penetraban en las leyes, instituciones y costumbres de los pueblos… Así organizada, la sociedad civil dio frutos superiores a toda esperanza, cuya memoria subsiste y subsistirá…” * * * Pero… ¿y qué podemos hacer ante la ruina en la que se va precipitando nuestro mundo? Una cosa sí podemos, desde luego, y muy sencilla: combatir las tinieblas y propagar la luz allí donde estemos.
|
Navidad En el “crepúsculo” del Sol de Justicia |
|
Oración para el estudio Creador inefable, que en los tesoros de tu sabiduría has establecido tres jerarquías de Ángeles, y las has colocado sobre el cielo empíreo... |
|
Un secreto... es un secreto La mañana del 14 de junio, temprano, partieron madre e hija para Fátima, María Rosa delante todo el camino hasta llegar a la casa de los Marto. Allí se detuvo la madre para aliviar su pena con tía Olimpia, y mientras tanto Lucía, llorando amargamente, cambió unas pocas palabras con Jacinta... |
|
Europeización Denomino “europeización” a la comprensión de lo que Europa tiene de bonito y la adopción del estado de espíritu del europeo. No sería una mera valorización de lo que hay en Europa, sino la adquisición de un modo de ser inspirado en lo europeo... |
|
La limosna más importante: el apostolado ESTAMOS ACOSTUMBRADOS a llamar 'limosna' a dar unos cuantos centavos a un pordiosero sentado a la puerta de una iglesia, pero ese no es el sentido original. Limosna es cualquier ayuda que damos a una persona que tiene cualquier tipo de necesidad, por amor a Dios... |
|
El sombrero - II En un artículo anterior, tratamos del sombrero como símbolo de dignidad; lo analizaremos ahora como expresión de buenos modales y veremos también cómo entró en decadencia antes de casi desaparecer. “¿Quién es aquella señora de sombrero?”, me preguntó un amigo durante... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino