R.P. Raúl Plus SJ HAY DOS GRANDES MEDIOS para esto: el mal ejemplo y los mimos. 1. Dándoles mal ejemplo: Todos los hombres tienden a imitarse. Los niños, sobre todo, propenden a calcar a las personas mayores, y con preferencia a las que los rodean más de cerca, en especial a los padres, a quienes consideran unos seres excepcionales, en quienes no encuentran nada reprochable. ¿Es coqueta la madre? Pues la hija será vanidosa. Hablará, obrará, se arreglará, no por un ideal de belleza conforme a su condición o a su posición, sino para conseguir el elogio de los demás. Se esforzará por superar a todas sus amigas y compañeras por el corte o singularidad de los vestidos; dará una importancia considerable, exagerada, a los menores detalles de su compostura, y sufrirá terribles crisis de envidia si cree que otras le llevan ventaja. ¿Es orgulloso el padre? ¿Procura realzar sus cualidades y rebajar las ajenas o negarse a reconocerlas? Pues el chico será altivo, desdeñoso, infatuado, presumido, arrogante, obstinado, y se mostrará incomprensivo con los demás. ¿Son parlanchines los padres, amigos de disputas, desabridos en sus palabras? Pues sus hijos serán intemperantes en el hablar, quisquillosos, celosos. ¿Son taimados los padres? Pues sus hijos serán probablemente mentirosos. Y si aquellos no usan de discreción en sus conversaciones, sino que juzgan de todo a tontas y a locas, los hijos, ya de suyo propensos a juzgarlo todo desde lo alto de su fingida grandeza, harán apreciaciones indiscretas, injustas e inoportunas. ¿Dan muestras, los padres, de apego a las comodidades y a las riquezas, y aun afán de adquirirlas por todos los medios? Pues es probable que los hijos tiendan a ser egoístas, apegados a las comodidades y amigos de fraudes si se les presenta la ocasión. * * * 2. Mimándolos: Los padres excesivamente severos no merecen alabanza. La inmensa mayoría son, por desgracia, demasiado buenos; halagan a los hijos, y satisfacen todos sus caprichos. Mimar a un hijo no es quererle bien ni amarle desinteresadamente; es una forma de retorno sobre sí mismo; es buscarse a sí mismo. El padre mimoso no sabrá poner firmeza en la educación, ni castigar a tiempo, ni impedir determinadas travesuras, ni hacerse obedecer; dejará sin reprimenda toda suerte de desatinos. “Es que si no uso de benevolencia —replicará el padre en su defensa— mi hijo huirá de mí; en los trances difíciles se abstendrá de hablarme, y no me hará ninguna confidencia. Si, por el contrario, le he prodigado mis bondades, me tendrá confianza y yo conservaré sobre él mayor ascendiente”. No se trata de carecer de benevolencia, sino de proscribirse toda debilidad. Cuando se es cuerdamente firme, no debe temerse la pérdida de confianza de parte de los hijos; antes bien, una prudencia firme los hace más abiertos y confiados. Una vez convencidos de que las pruebas de cariño que se les dispensa no son interesadas, sino exclusivamente ordenadas a su mayor bien, comprenderán que en la severidad con que a veces se les trata no hay sombra de capricho, sino un deseo de mejorarlos. El contacto con un alma fuerte y desinteresada es precisamente lo que mejor los educa.
* Adaptado del libro Cristo en el Hogar, Ed. Subirana, Barcelona, 1960, p. 572-574.
|
San Ildefonso de Toledo Paladín de la Virginidad de la Madre de Dios |
San Nicolás de Tolentino Nicolás de Tolentino fue el fruto de las oraciones de sus padres a san Nicolás de Mira (o Bari). Como san Zacarías y santa Isabel, ellos ya estaban avanzados en años y no tenían hijos... | |
San Juan de Ávila De repente, se oye en la iglesia un sollozo que más parecía un rugido: un hombre fornido sale del templo, donde predica el padre Maestro Ávila en la fiesta de san Sebastián, compungido y dándose fuertes golpes en el pecho: ¡era el futuro san Juan de Dios!... | |
Rocamadour, símbolo de fe enclavado en la roca Poco más que una aldea, Rocamadour surge como un sueño entre las neblinas del valle... | |
El Mensaje de Fátima, ese desconocido No es fácil discernir lo que el mensaje de Fátima tiene de medular. Revelado poco a poco por expreso deseo de la Santísima Virgen o por determinaciones humanas, es tan rico en aspectos relevantes que, conforme la índole propia de cada alma, esta se detendrá sea en uno, sea en otro de esos aspectos, sin fijarse en ninguno como su substrato fundamental... | |
El galeón sumergido:símbolo de la esperanza Imaginemos un viejo galeón en el fondo del mar Caribe, no un galeón excepcional, como el Royal Soleil de Luis XIV, sino un galeón normal. Yo diría que un galeón español... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino