Estimados amigos: Entre los numerosos libros que han salido a la luz sobre santa Rosa de Lima (1586-1617), la primera flor de santidad de América, destaca el de su confesor dominico fray Pedro de Loayza, redactado en 1619 por orden del arzobispo D. Bartolomé Lobo Guerrero. Es una obra de incuestionable valor por la proximidad del autor con su biografiada, a quien conoció de cerca, trató y aconsejó durante varios años, en la que se han basado gran parte de sus hagiógrafos posteriores. También sobresale por su carácter monumental el escrito por D. Luis Antonio de Oviedo y Herrera a raíz de la canonización de santa Rosa (1671) y publicado años después en Madrid, en 1712. Oviedo, nacido en la corte madrileña, destacó como militar y dramaturgo; ocupó diversos cargos en el virreinato peruano, como el de gobernador de la villa de Potosí y corregidor de Huánuco. Asimismo obtuvo importantes distinciones: en 1686 recibió el hábito de la Orden de Santiago por su previo desempeño en Flandes; y, en 1690 el rey Carlos II le concedió el título de Conde de la Granja, por sus servicios a la Corona. Su “Vida de Santa Rosa de Santa María” constituye una auténtica proeza espiritual y literaria. Consiste en un poema que reúne más de un millar de versos, compuestos en endecasílabos y distribuidos a lo largo de doce cantos. Obra maestra por su originalidad, en la que externa toda su veneración por la santa limeña, a la par que nos ofrece una pormenorizada descripción de la época. Ella está dedicada “a la Serenísima Reina de los Ángeles María Santísima, en su Milagrosa Imagen del Rosario, que se venera en el Convento Grande de Predicadores de la Ciudad de Lima”. Al conmemorarse el próximo 30 de agosto la fiesta de la Patrona del Perú, América y las Filipinas, seleccionamos algunos versos de Oviedo para deleite y devoción de nuestros lectores. En Jesús y María, El Director
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![]() Rosa de Santa María La primera flor de santidad de América |
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El horror al pecado es un gran estímulo para el bien Lejos estuvo de María todo pecado, y ni una sola mancha la afeó, porque Dios la libró aún de la original... |
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Iglesia y Estado: ¿unión o separación? En 1905 una ley francesa que determinó la separación de la Iglesia y el Estado, dio lugar a una virulenta persecución de la religión católica en aquel país... |
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Múltiples y maravillosos atributos de nuestro Divino Salvador Se me ocurrió hacer una exposición a respecto de un tema infinito, pues concierne a la persona adorable de Nuestro Señor Jesucristo. Si tuviésemos la honra y el placer de verlo cara a cara, ¿qué impresión nos causaría? ¿Sería la impresión que nos causan las imágenes que conocemos de Él?... |
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Lo maravilloso, el Palacio del Louvre y la pirámide Dios desea que vivamos rodeados de maravillas, y que nos maravillemos con todo lo que es bello... |
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Plinio Corrêa de Oliveira, cultivó desde su infancia, los más excelentes valores cristianos En estas líneas, intenté dar algunos trazos de cómo Plinio, desde niño, ya respiraba valores contra-revolucionarios. Con los años, él creció ultramontano— como eran llamados en el siglo XIX los católicos antiliberales y fieles al Papado—, monarquista, antimodernista, católico en todas sus manifestaciones. Con la lectura de autores como De Bonald, Donoso Cortés, Veuillot, y de numerosos santos como San Pío X, él explicitó y formuló de modo sistemático sus teorías, su Weltanschauung(visión del universo), aunque todas ellas ya existían en su alma en estado germinal. ¿Cómo esta germinación fue posible en una ciudad moderna, incrustada en el Nuevo Mundo? ¿Por una gracia especialísima de la Santísima Virgen? Ciertamente sí. Pero ello nos lleva a otras consideraciones: si Dios suscitó una personalidad como la del Dr. Plinio, ¿no será esto una primera gracia y un primer paso para un cambio radical en el rumbo de los acontecimientos? ¿No estará próxima la restauración de la civilización cristiana?... |
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