|
La catedral de Colonia y Notre Dame de París, dos tipos de catedrales, dos aspectos de las almas de los santos
Plinio Corrêa de Oliveira Las torres de la catedral de Colonia, en Alemania, se lanzan al aire con un ímpetu vigoroso, ardiente y robusto, como si no hicieran el menor caso a la tierra.
En mi concepto, en general la arquitectura de la catedral es hermosa, pero las torres nos hacen olvidar el cuerpo del edificio. Lo cual está bien concebido, pues es una de las formas de buscar lo sublime. ¿Lo sublime de qué? De lo metafísico, en sus más altas expresiones abstractas y simbólicas. Pero también de lo sobrenatural, en aquello que el aspecto místico puede presentar como más extraordinario, sin preocuparse por la vida terrenal y otras cosas menos elevadas. Así, para satisfacer una necesidad del alma que no depende de las cosas terrenales, las torres se elevan en un vuelo. En el conjunto de la construcción, las torres simbolizan a las almas y a las mentalidades con esta perspectiva más elevada y contemplativa.
Sin embargo, hay otro tipo de mentalidades que podrían simbolizarse mejor a la manera de la catedral de Notre Dame de París. También se vuelven hacia lo que existe de más alto, pero forman un bloque con el cuerpo de la catedral. Tienen la tendencia a tomar estas elevadas verdades y aplicarlas para ordenar la vida terrenal, la vida cotidiana, los aspectos temporales. San Chárbel Makhlouf podría estar bien representado por las torres de la catedral de Colonia. Y san Luis IX, rey de Francia, estaría mejor representado por la catedral de Notre Dame. El tañido de las campanas en los carillones de estos dos edificios religiosos indicaría a nuestros espíritus algo de excelente para comprender las dos mentalidades. Serían una síntesis del Reino de María según las revelaciones de la Santísima Virgen en Fátima.
|
¡Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará! |
|
La Basílica de San Juan de Letrán y el Arco del Triunfo La primera fotografía presenta la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, en su dignidad y distinción de auténtica y maternal reina... |
|
El pecado hace desgraciados a los pueblos Ciertamente que Dios nunca ni por nada abandona a su Iglesia; por lo cual nada tiene esta que temer de la maldad de los hombres. Pero no puede prometerse igual seguridad a las naciones cuando van degenerando de la virtud cristiana... |
|
No todo lo que es técnicamente posible es éticamente realizable Con el pretexto de representar la realidad, se tiende de hecho a legitimar e imponer modelos distorsionados de vida personal, familiar o social. Además, para ampliar la audiencia, el llamado rating, a veces no se duda en recurrir a la trasgresión, a la vulgaridad y a la violencia... |
|
Una visita a Genazzano Cuando el autobús que me llevaba a Genazzano se alejó del ajetreado y angustioso tráfico del centro de Roma y pasó por delante de Porta Maggiore, me alegró ver que no llevaba ni un solo turista. Después de varios meses viviendo en Roma, me había acostumbrado a verlos por todas partes... |
|
Tolerancia e intolerancia II - La tolerancia, virtud peligrosa Continuamos abordando ahora este tema de vital importancia, no tanto para desarrollar los principios básicos que ya expusimos, sino para mostrar los riesgos de la tolerancia y las precauciones con que se la debe practicar... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino