Creador inefable, que en los tesoros de tu sabiduría has establecido tres jerarquías de Ángeles, y las has colocado sobre el cielo empíreo con orden admirable y has dispuesto admirablemente todas las partes del universo. Tú, pues, que eres considerado verdadera fuente de la luz, y principio eminentísimo de la sabiduría, dígnate infundir un rayo de tu claridad en las tinieblas de mi inteligencia, alejando de mí las dos clases de tinieblas con las que he nacido: la del pecado y la de la ignorancia. Tú, que sueltas las lenguas de los niños, prepara mi lengua e infunde la gracia de tu bendición en mis labios. Concédeme la agudeza para entender, la capacidad para asimilar, el modo y la facilidad para aprender, la sutileza para interpretar y la gracia abundante para hablar. Instruye el comienzo, dirige el desarrollo, completa la conclusión. Tú, que eres verdadero Dios y hombre, y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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La escritura manual: imprescindible en el colegio Digitalización vs. enseñanza tradicional |
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El Paraíso Celestial Luego que el alma haya entrado en el gozo del Señor, se verá libre de toda aflicción... |
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Imagen de la Virgen de Fátima ultrajada en la Catedral de Huánuco Los fieles que asistían a la misa vespertina en la catedral de Huánuco fueron conmocionados por un hecho sacrílego. Un desconocido se acercó al altar e interrumpió bruscamente la celebración, vociferando insultos contra la fe católica del prelado y de los cientos de fieles que abarrotaban el templo... |
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El Mensaje de Fátima, ese desconocido No es fácil discernir lo que el mensaje de Fátima tiene de medular. Revelado poco a poco por expreso deseo de la Santísima Virgen o por determinaciones humanas, es tan rico en aspectos relevantes que, conforme la índole propia de cada alma, esta se detendrá sea en uno, sea en otro de esos aspectos, sin fijarse en ninguno como su substrato fundamental... |
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La virtud y el vicio se destacan en la persona noble El último fruto de la nobleza es que, así como una misma piedra preciosa refulge más engastada en oro que en hierro, así las mismas virtudes resplandecen más en el varón noble que en el plebeyo... |
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El hábito y el monje Se diría que la afirmación de que el hábito no hace al monje, o que el uniforme no hace al héroe, es al mismo tiempo verdadera y falsa. En efecto, el hombre no se hace monje o militar auténtico tan solo por adoptar la vestimenta propia de ese estado... |
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