Ambientes Costumbres Civilizaciones La grandeza del rey dignifica al cocinero



Plinio Corrêa de Oliveira


Vista del Castillo de Windsor desde el noroeste. La primera impresión es de un escenario para un cuento de hadas. La inmensidad del edificio, la maravillosa variedad de sus partes, la delicadeza y la fuerza que se afirman en todas ellas, todo, en fin, sugiere la sensación de que se está en presencia de algo que supera en mucho la realidad cotidiana. Este solar, este fantástico conjunto de edificios es al mismo tiempo, símbolo y relicario de una institución: la realeza británica.


En este símbolo —como en tantos otros de la Inglaterra tradicional— las apariencias aún no traen la marca del protestantismo, del liberalismo y del socialismo. Lo que en aquellas formas de granito se expresa es aún el concepto medieval y católico del origen divino del poder público, de la verdadera majestad que debe rodear a cualquier régimen político y del cuño paternal que lo debe caracterizar.

Cuño paternal, dijimos. Este castillo no pretende exhibir masa, sino talento; no fue hecho para intimidar, sino para encantar; el súbdito que lo contempla no se estremece frente a él, no tiene deseos de huir, sino de entrar.

Esto por una simple razón: el rey es un padre que llama afablemente a sí a sus súbditos, y no un verdugo que amedrenta.

*     *     *

Las relaciones entre grandes y pequeños son influenciadas por este ambiente. La nobleza del señor se transmite a su servidor. La inmensa cocina de Windsor, muy auténticamente cocina, es indiscutiblemente una alta, noble y digna cocina de castillo, que comunica algo de la dignidad real a la humilde actividad servil, y le da un esplendor como que regio.

Porque en la civilización cristiana la grandeza del señor no humilla al servidor, sino lo eleva.    



¿Qué quiere decir: «A ti clamamos los desterrados hijos de Eva?» Palabras del director Nº 111 - Marzo 2011 - Año X
Palabras del director Nº 111 - Marzo 2011 - Año X
¿Qué quiere decir: «A ti clamamos los desterrados hijos de Eva?»



Tesoros de la Fe N°111 marzo 2011


La Anunciación
Nº 111 - Marzo 2011 - Año X Aborto ¿terapéutico? Melk, la cuna de Austria La revolución sexual destruye la familia - I La Encarnación del Verbo de Dios San Juan de Dios «A ti clamamos los desterrados hijos de Eva» La grandeza del rey dignifica al cocinero



 Artículos relacionados
El Príncipe de la Paz El mundo católico, y con él, todos los pueblos de la tierra se vuelven el día 25 de diciembre hacia el pesebre de Belén, a fin de adorar, lleno de fe, al Niño que ahí reposa, o admirar un acontecimiento cuya explicación se busca en vano en las leyes que rigen los acontecimientos humanos…...

Leer artículo

“Todo se refleja en los ojos: cólera, miedo, afecto o alegría” La frente amplia, los trazos acentuados y vigorosos, indican inteligencia y pujanza de personalidad. Pero todo cuanto estos trazos puedan significar está resumido, condensado, y llevado a la su más alta potencia de expresión en los ojos...

Leer artículo

Si alguien tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente... El famoso cuadro de Velásquez es a justo título, una de las cúspides del arte. La gracia infantil de la Infanta, el cariño lleno de dignidad y respeto de las jóvenes que la sirven, etc. todo exhala un ambiente recogido, elevado, profundamente civilizado...

Leer artículo

La flor del guayacán No sé, si acaso hubiese guayacanes en Palestina, ¿no habría Nuestro Señor utilizado como argumento la flor del guayacán en vez de hablar del lirio del campo?, pues aquella es de un color amarillo-dorado impactante...

Leer artículo

Confort físico - Bienestar moral Comparar es uno de los mejores medios de analizar. Si queremos pues analizar nuestra época, es legítimo que la comparemos. ¿Y con qué? Con el futuro, todavía incógnito, es imposible...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×