En la era del “embrutecimiento programado”: El consumo de marihuana desploma el coeficiente intelectual (IQ) de los adolescentes
Fumar regularmente marihuana en la adolescencia provoca una disminución irreversible de las capacidades intelectuales, reveló un estudio publicado por la revista científica “Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America” citado por el periódico parisino “Le Monde”. Dirigida por Terrie Moffitt y Avshalom Caspi, psicólogos de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EE. UU.) y del Instituto de Psiquiatría del Kings College (Inglaterra), la investigación observó y examinó a mil neozelandeses durante un período de 25 años. El estudio comparó el coeficiente intelectual (IQ) de los que se iniciaron en la marihuana a los 13 años, y el mismo a los 38 años de edad. La condición requería que hubiesen sido consumidores habituales por un período no menor a 20 años. Se pensaba que el IQ permanecía estable, sin embargo, el estudio verificó una caída de 8 puntos entre los consumidores con relación a los no consumidores. “Es sabido que el IQ es un factor determinante para ingresar a la universidad, para la obtención de empleo, para el rendimiento en el trabajo y para mejorar el salario durante el resto de la vida”, explicó Madeline Hogan Meier, una de las especialistas responsables por el estudio.
“Alguien que pierde ocho puntos del coeficiente de inteligencia en su juventud se va a encontrar en desventaja con relación a sus compañeros de la misma edad en numerosos momentos decisivos de la vida”, y continuará así durante largos años, añadió. Según el estudio, los consumidores de marihuana también demostraron debilitamiento de la memoria, falta de concentración y de agilidad de espíritu. Aquellos que disminuyeron el consumo un año antes de ser analizados por segunda vez no presentaron resultados mejores que los no fumantes. El daño ya estaba hecho. No obstante, los que cayeron en la adicción siendo adultos, sufrieron una menor pérdida intelectual. “La adolescencia es un período muy sensible para el desarrollo del cerebro”, escribió Meier. El uso de sustancias que actúan directamente sobre las funciones mentales “puede perturbar el proceso cerebral normal” de los jóvenes, explicó. Los daños provocados por el consumo de marihuana ya eran bastante conocidos, pero este estudio a largo plazo profundizó los conocimientos y la gravedad reconocida científicamente a este vicio. Se comprende, pues, por qué ciertas corrientes político-ideológicas anticristianas, propugnan la liberalización de las llamadas “drogas blandas” como la marihuana. Se trata de una estrategia que el profesor Plinio Corrêa de Oliveira llamaba “embrutecimiento programado”, una degradación mental inducida, para avasallar a un país o a una sociedad promoviendo el vicio de la droga como instrumento de conquista: es decir, envilecer para después esclavizar.
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