|
Continuando con la trascripción de trechos de la obra «Pensamientos Consoladores de San Francisco de Sales»,* presentamos en esta edición las reflexiones de este gran maestro espiritual sobre los sufrimientos inherentes a todos los hombres. Salomón dice que todo lo que ocurre en este mundo es vanidad y aflicción de espíritu. Nadie puede evitar la cruz y los sufrimientos; pero los impíos y los pecadores están atados a la cruz y a las tribulaciones contra su voluntad; y por su impaciencia hacen esas cruces inútiles; tienen sentimientos de estima hacia sí mismos semejantes a los del mal ladrón; por ese medio unen sus cruces a las de este malvado y sus recompensas serán iguales.
El buen ladrón transformó su cruz mala en la cruz de Jesucristo. Ciertamente los trabajos, las injusticias, las tribulaciones que recibimos son cruces de ladrón y las merecemos. Debemos, pues, decir humildemente como el buen ladrón: “Recibimos en nuestros sufrimientos lo que merecemos por nuestros pecados”. Es así que por nuestra humildad transformaremos la cruz de ladrón en cruz de cristiano verdadero. Unamos, pues, con el buen ladrón, nuestra cruz de pecador a la cruz de Aquel que nos salvó; y por esta amorosa y devota unión de nuestros sufrimientos a la cruz de Jesucristo, entraremos como el buen ladrón en su amistad y en el paraíso. “El que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo—dice Nuestro Señor—, que cargue con su cruz y me siga” (Mt 16, 24). Cargar con su cruz significa recibir y sufrir todas las penas, contradicciones, aflicciones y mortificaciones que nos suceden en esta vida. Sin excepción alguna, con una completa sumisión e indiferencia. […] La cruz es la puerta regia para entrar en el templo de la santidad; aquel que la busca fuera de allí, no la encuentra. Las mejores cruces son las más pesadas y las más pesadas son las que más incomodan a la parte inferior del alma. […] Nuestro Señor le concedió a David escoger el castigo que quería, y ¡bendito sea él! Pero creo que yo no escogería y habría dejado la elección a su divina Majestad. Cuanto más la cruz sea de Dios, tanto más la debemos amar. […] Séneca
dijo lo siguiente, y yo querría que lo hubiese dicho San Agustín: “La
perfección del hombre consiste en sufrir bien todas las cosas, como si le
viniera por elección suya”. * P. Jean-Joseph Huguet S.M., Pensamientos Consoladores de San Francisco de Sales, Livraria Salesiana Editora, São Paulo, 1946, p. 203-206.
|
La Niña MaríaEl augusto nombre de la Madre del Salvador |
|
Palacio de Westminster El viejo Palacio de Westminster levantado en el siglo XI por Eduardo el Confesor, y convertido en la sede del Parlamento poco después, había sido devastado por un incendio en 1834 y reconstruido en 1876... |
|
Regreso del perdón de Santa Ana de Fouesnant a Concarneau Estamos en la Bretaña. Es la fiesta de Santa Ana, 26 de julio, patrona de los marineros y de toda la región francesa. Siguiendo una línea serpentina, una flotilla de veleros y botes de remos regresan de la romería. Las jóvenes del primer bote tuvieron el privilegio ese año de escoltar la imagen dorada de la Inmaculada... |
|
La Entronización del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares Antes que la presente crisis religiosa afectara los ambientes católicos, una práctica de piedad muy difundida entre los fieles era el apostolado de la Entronización de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares... |
|
No es hora de buscar novedades Este no es el momento de discutir, de buscar nuevos principios, de señalar nuevos ideales y metas. Los unos y los otros, ya conocidos y comprobados en su sustancia, porque han sido enseñados por el mismo Cristo... |
|
¡Católicos, despierten! La persecución religiosa ya constituye la mayor catástrofe del siglo XXI... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino