El Papa Francisco Ciudad del Vaticano.- Beatísimo Padre: Con el corazón lleno de gozo por la elección de Su Santidad como sucesor del Príncipe de los Apóstoles, nosotros, voluntarios y participantes de la campaña «El Perú necesita de Fátima», le manifestamos toda nuestra calurosa devoción y filiación espiritual. Imploramos a Nuestro Señor Jesucristo, de quien Su Santidad es ahora Vicario en la Tierra, que por la intercesión de María Santísima le colme de las gracias y el vigor necesario para conducir la barca de la Santa Iglesia en los tiempos actuales, caracterizados por tantas dificultades, pero también de grandes esperanzas. De rodillas a los pies de Su Santidad, le imploramos su Bendición Apostólica, En Jesús y María, El Director Lima, 14 de marzo de 2013
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San Vicente FerrerEl Ángel del Apocalipsis |
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Capítulo 10: Un signo de contradicción El profeta Simeón, sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos durante su presentación en el Templo, profetizó que Él sería un signo de contradicción: de salvación para algunos que lo aceptarían y de perdición para otros que lo rechazarían... |
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El don de la filiación divina La verdad de la filiación divina en Cristo, que es intrínsecamente sobrenatural, es la síntesis de toda la revelación divina. La filiación divina es siempre un don gratuito de la gracia, el don más sublime de Dios para la humanidad... |
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Santa Bernadette Soubirous María Bernarda o Bernadette nació en Lourdes, en las estribaciones de los Pirineos franceses, el 7 de enero de 1844... |
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El divorcio Años atrás hubo una causa de divorcio muy extraña en la capital de Alemania, Berlín. Tanto el esposo como la esposa pedían a grandes gritos el divorcio; afirmaron terminantemente ante el juez que no volverían a vivir juntos... |
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El pecado hace desgraciados a los pueblos Ciertamente que Dios nunca ni por nada abandona a su Iglesia; por lo cual nada tiene esta que temer de la maldad de los hombres. Pero no puede prometerse igual seguridad a las naciones cuando van degenerando de la virtud cristiana... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino