Una de las fases históricas más universalmente admiradas es la que distingue el martirio de los cristianos, durante las persecuciones paganas del Imperio Romano, en los primeros siglos de existencia de la Iglesia Católica. Los mártires asombraban a las turbas paganas por su fortaleza, enfrentando valientemente la muerte al ser embestidos por las fieras en los circos romanos, y otros tormentos. En los inicuos procesos a los que eran sometidos, muchas veces bajo tortura, desconcertaban a los magistrados, por su heroica profesión de fe en Jesucristo. Muchos suponen que estos hechos hacen parte de un lúgubre pasado, y ya no tendrían lugar en la época “evolucionada” en que vivimos. La realidad, sin embargo, lamentablemente desmiente esta visión optimista. En varios países se viene acentuando en los últimos años una brutal persecución anticristiana, silenciada por los órganos parametrados de la prensa. Un aspecto de esta persecución —que se nutre de lo que modernamente se ha denominado “cristianofobia”— surge al interior del islamismo, y nos es magníficamente ilustrada en la entrevista que el eurodiputado Magdi Cristiano Allam concedió en Bruselas a nuestro colaborador y amigo, Helio Días Viana, que reproducimos en este número. Sí, la época de las persecuciones religiosas cruentas no se extinguió en las brumas de un pasado remoto, sino al contrario, hasta se intensificó en nuestra era de progresos científicos… ¡y de inauditas abominaciones morales! Concientes de esta triste realidad, invitamos a nuestros lectores a intensificar sus oraciones por nuestros hermanos en la fe, víctimas del odio anticristiano en países dominados por el islamismo, hinduismo, budismo y comunismo, como también —lo que es más lamentable— por el neopaganismo apóstata en países occidentales. En Jesús y María, El Director
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Cristianofobia - La escalada del odio al cristianismo |
Del Juicio Particular - I Dicen comúnmente los teólogos que el juicio particular se verifica en el mismo instante en que el hombre expira, y que en el propio lugar donde el alma se separa del cuerpo es juzgada por nuestro Señor Jesucristo, el cual no delegará su poder, sino que por Sí mismo vendrá a juzgar esta causa... | |
El poder de San José Tomé por abogado y señor al glorioso San José y me encomendé mucho a él. Vi claro que, tanto de esta necesidad como de otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró mejor de lo que yo lo sabía pedir... | |
Multiplicación de los panes y curaciones Cierto día, entrando Jesús en la ciudad de Naím, encontró una gran multitud que acompañaba a la sepultura a un difunto. Era este un joven, hijo único de madre viuda, la cual seguía al féretro llorando sin consuelo, y le acompañaban otras personas. Jesús se compadeció de ella y le dijo: —“No llores”. Y acercándose al ataúd, detuvo a los que lo llevaban, los cuales se pararon y lo pusieron en el suelo. Entonces el Salvador exclamó en voz alta: —“Te mando, joven, que te levantes”... | |
Dios, que da la llaga, da el bálsamo para sanarla La Divina Providencia tiene sus caminos, inescrutables para los que no tienen fe. A veces parece probar desproporcionadamente a las personas que hacen todo lo posible por serle fieles y seguir sus mandamientos... | |
San Romualdo Abad Descendiente de la familia ducal de los Onesti, Romualdo nació en Ravena, Italia, probablemente el año 950... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino