Historia Sagrada Jesús expulsa a los mercaderes del Templo y elige a los Apóstoles

San Juan Bosco

Habiendo ido Jesús a Jerusalén para celebrar la Pascua, se dirigió al Templo y vio que estaba siendo profanado por los mercaderes. Unos vendían bueyes, ovejas, palomas y otros cambiaban monedas. Vivamente indignado el divino Salvador ante tal espectáculo, hizo con varios cordeles unos azotes y expulsó del Templo a los vendedores, echando por tierra las mesas de los cambistas y gritando:

—“Escrito está: mi casa se llamará casa de oración; y vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones”.

¡Cuánto debemos respetar nuestras iglesias, que son más dignas aún que el antiguo templo!

Jesús expulsa a los mercaderes del Templo, Alexander Bida, Litografía

Elección de los Apóstoles

Una gran muchedumbre de hombres, atraídos por los luminosos milagros obrados por Jesús, se hicieron discípulos suyos. Entre éstos escogió a doce, conocidos comúnmente con el nombre de los doce Apóstoles. Sus nombres: Pedro y Andrés, su hermano; Santiago el Mayor y Juan el Evangelista, hijos de Zebedeo; Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás; Santiago el Menor, hijo de Alfeo; Simón, apodado el celador, Judas Tadeo, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que más tarde hizo traición al Divino Maestro. A estos se unieron más tarde otros setenta y dos discípulos, destinados también a la predicación del Evangelio.

Después de haber hecho esta elección, el Salvador nombró a Pedro jefe de los Apóstoles y de los discípulos, y luego dio comienzo a su maravillosa predicación.

Las Bienaventuranzas

La predicación del Salvador puede dividirse en razonamientos, parábolas y milagros. Indicaremos lo más importante. Al principio de su predicación el Salvador llevó a sus apóstoles a la cumbre de un monte. Una oleada de pueblo que le seguía se reunió a su alrededor para escucharle. En esta ocasión pronunció aquel admirable discurso, que se conoce con el nombre de Sermón de la Montaña. Abraza en compendio toda la moral del Evangelio. Comenzaremos por las ocho bienaventuranzas:

  1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
  2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
  3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
  4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados.
  5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
  6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
  7. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
  8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos
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Tesoros de la Fe N°163 julio 2015


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Nº 163 - Julio 2015 - Año XIV El hombre fue hecho para el cielo y no para esta tierra Familia numerosa, una bendición de Dios ¿Qué tienen de malo los videojuegos? Jesús expulsa a los mercaderes del Templo y elige a los Apóstoles Santa Verónica Giuliani Un mundo construido sin Dios y contra Dios San Gimignano



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