|
Plinio Corrêa de Oliveira
Parece que esta fotografía fue tomada un día de calor tórrido en Roma, ya que el ambiente está completamente soleado, con la cúpula de la Basílica de San Pedro inundada de sol. San Pío X aparenta estar con los ojos ligeramente retraídos, debido al exceso de luz. La palmera parece un poco cansada de tanto tomar sol. Distinguidísima, ostenta una buena proporción entre las hojas, y es como un magnífico pero sereno chorro vegetal. No se mueve, dando la impresión de haber alcanzado la plenitud de la vitalidad. Está para el resto de la vegetación, como la cúpula para el conjunto del cuadro. En aquellos días de mucho calor, todas las cosas sobre las que incide el sol adquieren cierta estabilidad. Imagen de la propia estabilidad y del dominio de este Papa santo, porque da la impresión de que es eterno. La cúpula da esa impresión de estabilidad. Representa el triunfo eterno de la Iglesia y del Papado, como si dijera: “¡Nadie me mueve, soy una cúpula eterna!”. San Pío X parece tener en sí toda la estabilidad, firmeza y fuerza de la cúpula y de la palmera. Firmemente plantado sobre los pies, la cabeza erguida sobre el tronco erecto, la mirada serena pero fuerte. En esta foto del Sumo Pontífice podría anotarse lo que los romanos inscribían bajo ciertas columnas: Mole sua stat (esta en pie por sí misma). Él posee una fuerza sobrenatural que no es suya, pero con la cual parece reducir a nada la cúpula, la palmera, el sol y todo lo que le rodea, aunque ordenando el conjunto; tal es su seguridad. Un santo que posee las virtudes teologales y cardinales, practicándolas en grado heroico. El Papa representa una nota de albura dentro de lo oscuro de la capa, que lleva de una manera especialmente hermosa. Una albura que combina con el blanco del cabello y de las cejas. Es un santo en el esplendor plateado de sus canas. Sostiene ambos lados de la capa como un hombre que domina los acontecimientos. Sujeta y domina, como sujetó y dominó la herejía del modernismo. Su figura irradia algo de sobrenatural, que fundamenta una interpretación del resto del cuadro. Es la irradiación de un santo.
|
Sta. Bernadette Soubirous La vidente de la Virgen de Lourdes |
|
San Hilarión, el Grande The Catholic Encyclopedia, en su sección “Padres de la Iglesia”, transcribe la Vida de san Hilarión escrita por san Jerónimo, con la siguiente anotación: “La vida de Hilarión fue escrita por Jerónimo el año 390 en Belén. Su objetivo era promover la vida ascética a la que estaba consagrado... |
|
El misterio de las “tumbas” de Kamloops El supuesto descubrimiento de 215 cadáveres en fosas comunes sin identificar en el internado indio de Kamloops, en Columbia Británica, conmocionó a Canadá en mayo de 2021... |
|
San Pablo Miki y compañeros mártires En el siglo XVI una revolución había dividido el Japón en 66 principados o reinos independientes. Aquella descentralización fue el momento propicio para la implantación del cristianismo... |
|
Carlos Martel Rusticidad y gravedad. Es lo que más percibo en este cuadro de Carlos Martel. Un hombre grave, profundamente serio, fuerte, estable, con elevación de horizontes, sin artificios y consecuente... |
|
Las Promesas del Sagrado Corazón de Jesús Una devoción fundamental para los católicos realmente deseosos de consagrarse al amor infinito de Dios y obtener gracias superabundantes. Máxime para los que se empeñan en propagar la devoción al Divino Corazón... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino