|
El Castillo de Montealegre Valor, heroísmo, altivez y coherencia Plinio Corrêa de Oliveira El castillo de Montealegre de Campos, en Valladolid, evoca siglos de lucha y de reconquista en la España medieval. Ha sido testigo inmutable de brillantes demostraciones de valor y de heroísmo.
¿Qué impresión causa este castillo? Altivez y coherencia. El alma del hombre coherente es como una de esas torres: no tiene fisuras ni concesiones. La torre que sobresale, despojada de la menor ornamentación, refleja una extraordinaria seriedad. ¿Cómo era la vida cotidiana dentro de esta fortaleza? Había una cómoda residencia para el señor feudal, viviendas y áreas de servicio para los sirvientes y la población vecina, así como una capilla. Cuando los enemigos se aproximaban, los habitantes de los alrededores se refugiaban allí con todas sus pertenencias. Era una especie de refugio para la población y no apenas para el señor feudal. En el interior, era una auténtica aldea con decenas de artesanos trabajando, cada uno en su oficio diario. Era frecuente que en la parte del castillo donde vivía el señor feudal hubiera una escalera que conducía a una gran descanso. En determinados días, se colocaba allí un pequeño trono, desde el cual ejercía el papel de juez en las disputas entre sus súbditos. En esta especie de pequeña urbe, sus torres eran risueñas y encantadoras por dentro, serias y terribles por fuera. Todas las ventanas daban a un patio interior donde los árboles frutales perfumaban el ambiente. De la pileta con su fuente se oía el canto de las aguas, mientras que de las torres irrumpían gritos de guerreros en batalla. Aquí tenemos una idea del heroísmo ante perspectivas terribles, del alto sentido del sacrificio de personas que no temen a la muerte. Saben que otra vida
|
Dulce Corazón de María ¡Sed la salvación del alma mía! |
|
Capítulo 16: “Si no dejan de ofender a Dios” El mensaje de Fátima se puede resumir como un vehemente llamado a la conversión del mundo. La Santísima Virgen presentó la devoción a su Inmaculado Corazón como un medio para obtener gracias especiales para esa conversión... |
|
San Juan de Ávila De repente, se oye en la iglesia un sollozo que más parecía un rugido: un hombre fornido sale del templo, donde predica el padre Maestro Ávila en la fiesta de san Sebastián, compungido y dándose fuertes golpes en el pecho: ¡era el futuro san Juan de Dios!... |
|
Grandeza, mansedumbre e intransigencia Es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia... |
|
Vitrales de la catedral de Chartres El espíritu de la Iglesia es el espíritu de Dios: sabe unir lo práctico a lo bello. De tal manera que, al ver una obra de arte, se nota que en ella se utiliza lo práctico casi sin pensar en él, y se admira lo bello como si sólo él existiese... |
|
San Hilarión, el Grande The Catholic Encyclopedia, en su sección “Padres de la Iglesia”, transcribe la Vida de san Hilarión escrita por san Jerónimo, con la siguiente anotación: “La vida de Hilarión fue escrita por Jerónimo el año 390 en Belén. Su objetivo era promover la vida ascética a la que estaba consagrado... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino