Lectura Espiritual El horror al pecado es un gran estímulo para el bien

P. Elías Passarell

Lejos estuvo de María todo pecado, y ni una sola mancha la afeó, porque Dios la libró aún de la original. No convino que hubiese en ella la menor sombra de culpa, porque Dios la hizo templo de la gracia. Conoció lo que es ofender a Dios, sumo bien, y por esto no quiso obrar jamás sino lo recto.

Tal vez aún no sabemos bien por qué razón María es llamada Madre de pecadores. Quizá nos figuramos que está orando siempre para que no se pierdan aquellos que no quieren apartarse de su pecado. Nos equivocamos; sus súplicas no interceden por aquellos que aborrecen la verdadera conversión.

Temamos el pecado, así no lo cometeremos. Conocer el pecado es el primer paso para aborrecerlo, como debiera todo hombre. ¡Quién lo creyera, que hubiese quien se atreve a ofender a Dios y a insultarle! Si Dios pudiese ser destruido, lo sería por el pecado, que le es esencialmente contrario: Dios es el sumo bien; el pecado es el sumo mal. Consideremos el dolor, las llagas y la muerte de Jesús, y allí veremos en algún modo la crueldad del pecado. ¿Qué tenemos, después del pecado, sino el alma muerta para la gracia, la conciencia mala y llena de remordimientos, y si morimos así un castigo eterno? Ni el más insignificante pecado nos ha de ser familiar, pues insensiblemente nos hará caer en otros más graves.

¡Cuántos no se hallarían hoy en el infierno si hubiesen sabido guardarse del pecado venial! No debemos huir tanto del veneno de una serpiente, como del menor de los pecados. Si nos hallamos tentados, pensemos cuán gran mal es el pecado, y lo que lleva tras de sí, y roguemos firmemente a Dios que nos guarde. Acerquémonos pronto a María si nos molesta la tentación, ella nos ayudará, y nos alcanzará el auxilio de Dios para que nuestra alma no sufra detrimento, ni caiga en pecado. Huyamos de todos los que nos conviden al pecado; esos son nuestros peores enemigos. Resolvamos a cada momento morir antes que ofender aun levemente a Dios.

 

* P. Fray Elías del Carmen Passarell CalcinaOFM (1839-1921), fue un religioso franciscano descalzo, natural de Cataluña. Llegó al Perú en 1856 y recibió la ordenación sacerdotal en Santa Rosa de Ocopa en 1864. Trabajó y predicó en el centro y sur del país, principalmente en Arequipa, donde fundó el convento recoleto de San Genaro. En 1900 se incorporó a la provincia de los Doce Apóstoles. Trasladado a Lima, falleció en el convento grande de San Francisco. Misionero apostólico y escritor apasionado, entre sus innumerables obras se destaca La Regeneración Social por medio de María —de la cual hemos extractado el presente texto—, Librería Española de Garnier Hnos., París, 1886, p. 240-241.

El triunfo de Nuestra Señora del Rosario de Lepanto Señor de los Milagros
Señor de los Milagros
El triunfo de Nuestra Señora del Rosario de Lepanto



Tesoros de la Fe N°250 octubre 2022


El Milagro del Sol Uno de los mayores portentos de la historia
Octubre de 2022 – Año XXI No temas amar demasiado a la Santísima Virgen A la reina Isabel II del Reino Unido El Milagro del Sol El triunfo de Nuestra Señora del Rosario de Lepanto El horror al pecado es un gran estímulo para el bien Señor de los Milagros San Juan Leonardi ¿Por qué hay estaciones del Vía Crucis que no figuran en las Escrituras? El noble francés



 Artículos relacionados
La maternidad divina de María Algunos predicadores —como san Bernardino de Siena, el padre Monsabré, etc.— exaltando en demasía las glorias del sacerdocio, llegaron a decir que la dignidad del sacerdote es mayor que la de la Santísima Virgen...

Leer artículo

Espontaneidad epicureísta y gravedad cristiana Una escena contemporánea de la vida familiar: dos parejas de esposos, en un rincón pintoresco, salen de picnic con sus hijos. ¿Algo de malo? ¡Pero cómo!...

Leer artículo

El precursor: San Juan Bautista CUANDO EL ÁNGEL anunció a María la sublime dignidad de ser la Madre de Dios, le dijo también que su prima Isabel daría a luz a un niño, destinado por Dios, para preparar a las gentes a recibir al Mesías...

Leer artículo

La devoción al Inmaculado Corazón de María El 13 de junio de 1917 tiene lugar en la Cova da Iría la segunda aparición de la Santísima Virgen de Fátima...

Leer artículo

La adoración de los pastores “Lux in tenebris lucet” (Jn 1, 5). Fórmula sintética usada por san Juan para expresar con fuerza el contenido inmensamente rico de lo sucedido: había tinieblas por todas partes, y en la oscuridad de esas tinieblas se encendió la luz...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino