Estimados amigos: Tengo el penoso encargo de comunicar el sensible fallecimiento de nuestro gran amigo, compañero de ideal y colaborador de esta revista, José Antonio Pancorvo Beingolea ; acaecido el 28 de febrero último, víctima de un cáncer fulminante y confortado por los sacramentos de nuestra santa religión. Por coincidencia, este mes de abril se conmemora el tricentenario de la muerte y gloria de San Luis María Grignion de Montfort , autor del célebre “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”, libro que conocí por iniciativa de D. José Antonio. El Director
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Tricentenario: San Luis María Grignion de Montfort |
En el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesucristo sufrió, rezó y venció La Santa Iglesia, que por el bien de los hombres en esta tierra hace todo con la mayor perfección y desvelo posibles, celebra en la víspera del Viernes Santo la institución de la Sagrada Eucaristía... | |
¡Satanismo para la juventud! El rock and roll ejercía en el pasado una mayor atracción hacia la juventud, superado ahora por otros sonidos superlativamente cacofónicos y aberrantes. Sin embargo, no cabe duda que continúa sirviendo como medio de iniciación a la irracionalidad, al desvarío e incluso al satanismo para un... | |
El encanto del espíritu veneciano Esta Venecia del siglo XVIII tiene algo que recuerda remotamente la dignidad y la distinción propias del Antiguo Régimen. En la gente se refleja también la frivolidad social de aquella época... | |
María Santísima: La Santísima Virgen, por humildad, buscó durante su vida la oscuridad, siendo ésta necesaria también para ocultar su excelsa belleza y su esplendor. La devoción a Nuestra Señora fue siendo progresivamente explicitada por los teólogos y por el pueblo fiel a lo largo de los siglos... | |
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo San Bernardo extasiado a propósito de los ángeles exclama: “¡Qué maravilla!”. Y, en seguida, demuestra su entusiasmo por la acción de los ángeles: “Cristianos, ¿podéis creerlo? Los espíritus celestiales no solo son los ángeles de Dios, sino también los ángeles de los hombres... |
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