Es cierto que cuanto más se ama una cosa, tanto más se siente la pena de perderla. La muerte de un hermano causa más aflicción que la muerte de un jumento, la de un hijo más que la de un amigo. Para comprender, pues, dice Cornelio Alápide cuán vehemente fue el dolor de María en la muerte de su Hijo, era preciso comprender cuánto era el amor que le tenía; pero ¿quién podrá medir este amor? El beato Amadeo dice que en el corazón de María se hallaban reunidos dos especies de amor, el sobrenatural, con el cual le amaba como a su Dios, y el natural, con el cual le amaba como a Hijo suyo. De modo que estos dos amores no formaron en ella más que uno solo, pero inmenso, en términos que Guillermo de París pretende que la bienaventurada Virgen amó a Jesús hasta tal punto que una pura criatura no pudiera amarle más. Por esto Ricardo de San Lorenzo dice: “Así como no hubo amor como el suyo, así también no hubo dolor como su dolor” ; “y si el amor de María hacia su Hijo fue inmenso —dice el beato Alberto Magno— , debió ella experimentar también un dolor inmenso al perderle con la muerte” . Figurémonos ahora que estando la divina Madre al pie de la cruz a la vista de su moribundo Hijo, aplicándonos justamente las palabras de Jeremías, nos dice: “¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, atended y mirad si hay dolor como mi dolor!”. ¡Oh vosotros que pasáis la vida en esta tierra sin compadeceros de mi dolor, deteneos un momento a contemplarme mientras veo expirar delante de mis ojos a este Hijo amado, y ved después si entre todos los afligidos y atormentados se halla dolor semejante a mi dolor! ♦ SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO , Las Glorias de María , 2ª parte, Apostolado Mariano, Sevilla, 1978, p. 170-172.
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Tricentenario: San Luis María Grignion de Montfort |
La moralidad es el fundamento del orden social ASÍ COMO EL RAYO DE SOL entra por una rendija de la ventana para formar un pequeño escenario de luces y de sombras, así también la madre católica debe crear alrededor suyo, por su modo de ser, un ambiente propicio para la formación del subconsciente de sus hijos, haciendo con que las primeras nociones de moralidad y de buen comportamiento echen raíces en ellos... | |
Santa Brígida de Irlanda Aunque Santa Brígida haya vivido en el siglo V, existen sobre ella varias biografías. La más antigua es la que San Ultan, obispo abad de Ardbraccan, escribió para su discípulo San Brogan Cloen de Rostuirc, fallecido el año 650.1 San Donato, que vivió en el siglo IX en Irlanda, se refiere también a otra biografía escrita por San Aileran (siglo VII). Contamos, pues, con la vida de Santa Brígida escrita por otros santos... | |
En Fátima, Dios envió a la Reina de los Profetas Vistas en su conjunto, las apariciones de Fátima nos instruyen, por un lado, acerca de la terrible gravedad de la situación mundial y sobre las verdaderas causas de nuestros males... | |
Presentación del Niño Jesús en el Templo MARÍA SANTÍSIMA era hija de San Joaquín y Santa Ana, descendientes ambos de la real estirpe de David, de la tribu de Judá... | |
Continuación del Sermón de la Montaña Dirigiendo la palabra a sus discípulos, Jesús continuó así: —“Vosotros sois la sal de la tierra. Ahora bien; si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se salará? De nada sirve, sino para ser arrojada al camino y pisoteada por la gente”... |
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