¡Oh!, si tuvieses oídos para entender las voces de las criaturas, sin duda verías cómo todas ellas a una te dicen que ames a Dios; porque todas ellas, callando, dicen que fueron criadas para tu servicio, para que tú amases y sirvieses, por ti y por ellas, al común del Señor. El cielo dice: “Yo te alumbro de día, y de noche con mis estrellas, para que no andes a oscuras; y te envío diversas influencias para criar las cosas, para que no mueras de hambre”. El aire dice: “Yo te doy aliento de vida, y te refresco y templo el calor de las entrañas, para que no te consuma; y tengo en mí muchas diferencias de aves, para que deleiten tus ojos con su hermosura, y tus oídos con su canto, y tu paladar con su sabor”. El agua dice: “Yo te sirvo con las lluvias tempranas y tardías, a sus tiempos, y con los ríos y fuentes, para que te refresquen; y te crío infinitas diferencias de peces, para que comas; riego tus sembrados y arboledas, con que te sustentes; y te doy camino breve y compendioso por los mares, para que te puedas servir de todo el mundo y juntar las riquezas ajenas con las tuyas”. Pues la tierra, ¿qué dirá, que es la común madre de todas las cosas y como una general oficina de todas las cosas naturales? Esa, pues, también, con mucha razón dirá: “Yo, como madre, te traigo a cuestas; yo te crío los mantenimientos y te sustento con los frutos de mis entrañas; yo tengo tratos y comunicación con todos los elementos y con todos los cielos, y de todos recibo influencias y beneficios para tu servicio; yo, finalmente, como buena madre, ni en vida ni en muerte te desamparo, porque en vida te traigo a cuestas y te sustento, y en la muerte te doy lugar de reposo y te recibo en mi regazo”. Finalmente, todo el mundo, a muy grandes voces te está diciendo: “Mira cuánto es lo que te amó mi Señor y Hacedor, que, por ti, crió a mí, y por él quiere que sirva a ti, para que tú sirvas y ames a aquel que crió a mí por ti, y a ti, por sí”.
Fray Luis de Granada OP (1504-88), Guía de pecadores, in https://www.dominicos.org/estudio/recurso/guia-de-pecadores-de-fr-luis-de-granada-op/, p. 16-17.
|
El Ángel de la Guarda El amigo cierto en la hora incierta |
|
Multiplicación de los panes y curaciones Cierto día, entrando Jesús en la ciudad de Naím, encontró una gran multitud que acompañaba a la sepultura a un difunto. Era este un joven, hijo único de madre viuda, la cual seguía al féretro llorando sin consuelo, y le acompañaban otras personas. Jesús se compadeció de ella y le dijo: —“No llores”. Y acercándose al ataúd, detuvo a los que lo llevaban, los cuales se pararon y lo pusieron en el suelo. Entonces el Salvador exclamó en voz alta: —“Te mando, joven, que te levantes”... |
|
El sombrero En diversas épocas, el sombrero representó un símbolo de la dignidad de quien lo portaba; en nuestros días él aún sobrevive, remitiendo para una visión de la antigua cortesía. Si no llega a sorprender, ciertamente que al verlo, despierta la atención adormecida entre... |
|
¿La juventud fue hecha para el heroísmo o para el placer? Con la guitarra en bandolera, y el micrófono en la mano, el “artista”, campeón mundial del frenesí, que puso en delirio a millones de personas en los años 50, Elvis Presley, canta y baila rodeado de instrumentos musicales, frente a un público alucinado... |
|
¿Por qué los paramentos son de diferentes colores? La Iglesia Católica se sirve de nuestros sentidos —el olor del incienso, los sonidos de las campanas y del coro, las imágenes de la Natividad, la Crucifixión y otras— para elevarnos en los misterios cíclicos de los tiempos litúrgicos... |
|
La visita a los Monumentos Al término de la Misa de Jueves Santo In Coena Domini, que conmemora la institución de la Sagrada Eucaristía y del sacerdocio de la Iglesia... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino